Opinión

Apegos feroces

Sección Editorial

  • Por: Zaira Eliette Espinosa
  • 09 Mayo 2023, 20:00

Dice Jonathan Lethem en la introducción de Apegos feroces en su versión en español para Sexto Piso: “Las memorias de Vivian Gornick tienen esa calidad endemoniada, brillante y absoluta que tiende a elevar un libro por encima de su contexto y provoca que sea admirado, con toda justicia, como y . Atemporal es que va más allá del tiempo, sin embargo, la generación de Gornick confrontándose con la de su madre es única. La línea del tiempo que las une tiene sus similitudes con el presente sólo en cuanto a la atmósfera desoladora, y a veces, esclarecedora en su narrativa. Para nuestro tiempo, no pinta un escenario práctico ni llevadero. Pero sí es un clásico porque nos permite indagar en la diversidad de conflicto y lazo filial entre madre e hija. Gornick escribe con firmeza, en un acto determinante, y emprende en esta obra la encrucijada de narrar los vínculos con su madre. El entorno es el Bronx de Nueva York, el edificio habitacional de su infancia y adolescencia, las calles de Manhattan definidas por los recorridos que de tarde en tarde se enmarcaban con las conversaciones ambiciosas de significados con su madre.En esa misma experiencia para construir (o debiera indicar: Reconstruir) el relato de la memoria, circundan las personas que son relevantes en esa edificación de los recuerdos: Los vecinos, la familia extendida, las parejas. “El amor hay que ganárselo, incluso entre madres e hijos”, le dice Gornick a su madre en una de esas discusiones habituales y recibe una mirada de lástima y la frase: “Señora, lo ha entendido todo al revés”. La comunidad judía de clase obrera neoyorkina de los ochenta está arraigada a creencias, unida con el engrudo de los testimonios que “sanan y conectan” como lo explica Gornick y se manifiesta un desacuerdo generacional que la hace chocar con el tejido de su cultura que además se le presenta como un acuerdo silencioso e invisible que la une a sus raíces. En esos arraigos culturales, Gornick rema contracorriente de su época, va a la universidad, se divorcia, vive de la escritura. Su madre es testigo y juez y le revela un espejo en el que pocas veces quiere reflejarse. Además de sacudir los temas sobre el amor romántico y su mito, de la sexualidad y las mujeres, del rol femenino en el hogar, Gornick se revela a sí misma para dejar plasmada entre las páginas la esencia de su pensamiento feminista. Apegos feroces ha recibido diversos premios internacionales en su categoría de no ficción y es una de las obras clave para conocer el legado literario de Vivian Gornick. 

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