El dinero se derrite: Banxico cambia la aleación, no el problema
Inteligencia Financiera Global
Hace unos días, la Casa de Moneda de México (CMM) anunció que acuñará nuevas monedas de $1, $2 y $5 pesos más “baratas” de producir. Detrás de ese eufemismo administrativo se esconde una verdad incómoda: el dinero en México ha perdido tanto valor que las monedas valen más por su contenido metálico que por el valor que dicen tener.
En su Programa Institucional 2025-2030, la CMM explica que migrará hacia monedas hechas de acero recubierto de bronce mediante una técnica de electrodepositado o electrochapado, sustituyendo la actual aleación de bronce y aluminio.
Esta decisión no es nueva. Desde 2022, Banxico y la CMM evaluaban el cambio de materiales para abaratar la producción. En abril de 2024, el banco central notificó a la Secretaría de Hacienda su propuesta formal: sustituir las aleaciones a partir de 2025.
Según la CMM, el electrochapado cuesta entre 30% y 40% menos por moneda, lo que representaría un ahorro anual de entre $300 y $400 millones de pesos. Aunque reconocen la volatilidad del precio del acero, aseguran que su tendencia es descendente frente a la de los metales tradicionales.
También analizan acuñar “otras denominaciones de moneda”. Pero no hay que dejarse engañar: esto no es eficiencia, es devaluación.
La CMM fabrica actualmente monedas de $50 centavos y de $1, $2, $5, $10 y $20 pesos. En 2009 ya había cambiado las de $10, $20 y $50 centavos por versiones más “económicas”, desplazando las monedas amarillas de los noventa. La historia se repite: primero desaparecieron las de $10 y $20 centavos —ya no valían la pena producirlas— y pronto ocurrirá lo mismo con la de $50 centavos.
La moneda de $1 peso será la nueva de $50 centavos. Basta ver su producción: entre enero y octubre de 2015 se acuñaron 334.9 millones de piezas, mientras que en el mismo periodo de 2025 se fabricaron 743.6 millones, un aumento de 122%.
El fenómeno tiene nombre: “punto de fusión”. Es cuando una moneda vale más por el metal del que está hecha que por el valor grabado en su superficie. El cambio de aleación no es más que una forma de retrasar ese punto, una admisión tácita de que la inflación sigue devorando el poder adquisitivo del peso.
Y los responsables no son un misterio. La inflación la crean los gobiernos, de cualquier color o partido, con su gasto público desbordado y su deuda creciente.
Por eso no hay que ahorrar en pesos ni guardar billetes ni monedas “por si acaso”. Estamos presenciando la muerte silenciosa del dinero fiat, no sólo en México, sino en todo el mundo. Los inversionistas que entienden esta realidad convierten su dinero en activos reales, los únicos que conservan e incrementan su valor con el tiempo.
