Campaña singular
Sección Editorial
- Por: Adalberto Madero
- 17 Septiembre 2025, 03:27
1. Adiós a las convenciones municipales
El PAN se había destacado por llevar a cabo un proceso de selección interna para los diferentes cargos de elección popular. Competían varios precandidatos, quienes eran votados en una convención por los militantes. Pero esta vez, debido a una serie de irregularidades internas, el Comité Ejecutivo Estatal canceló la convención y designó directamente a Garza Sada, llamando a esto “candidatura de unidad”. Esta acción causó revuelo entre varios panistas y en la comunidad, dado que el partido tenía el reconocimiento de conducirse con criterios democráticos. El “dedazo”, práctica tan común en el otro partido, hizo mella en el ámbito albiazul.
2. Debate entre candidatos
El 11 de septiembre, antes de iniciar formalmente su campaña, Benjamín Clariond retó públicamente a Gerardo Garza Sada a un debate. Diez días después, el periódico El Norte organizó en sus instalaciones un debate entre los candidatos del PRI y del PAN, al que asistieron ciudadanos representantes de diferentes sectores de la comunidad y directivos de dicho periódico.
El debate se sustentó en un cuestionario de seis preguntas elaboradas por diez personas invitadas, quienes evaluaron el desempeño de los candidatos en cada una de sus respuestas, así como diferentes aspectos de apreciación general. El notario público núm. 19, Carlos Suárez, supervisó que los cuestionarios fueran depositados de forma anónima en una urna y contabilizó las evaluaciones. El resultado del debate fue favorable para el candidato panista, quien recibió el mayor puntaje por parte de ocho observadores; solamente dos dieron calificación alta al abanderado priista.
El 18 de octubre se llevó a cabo el segundo debate, organizado por el Consejo Cívico de las Instituciones de Nuevo León, esta vez con la ausencia del priista Benjamín Clariond, la novedad del abanderado del PRD, Roberto Benavides, y la presencia de Gerardo Garza Sada, quien fue el único que estuvo presente en los dos eventos. Los candidatos hablaron de la situación de las finanzas públicas, la vialidad, los puesteros, la microzonificación, la seguridad y la ecología. La nota del debate no fue lo vertido por los invitados, sino la marcada ausencia del abanderado priista, de quien se dijo faltó para evitar una segunda derrota por parte del candidato albiazul.
3. Pizzas por tortas
Aunque era tradicional que en los mítines y visitas a las colonias los candidatos del PRI repartieran playeras, tortas, refrescos y amenizaran con grupos musicales, la campaña de Benjamín Clariond se distinguió por cambiar los lonches por pizzas, en virtud de que un integrante de su planilla era el dueño de la cadena Josephino’s y supuestamente le regalaba el alimento para cada recorrido.
Además, en varias ocasiones hacía entrega de materiales de construcción, acciones que le valieron denuncias de la oposición ante la Comisión Estatal Electoral, la cual conminó al priista, quien únicamente prometió no volver a dar pizzas, sino “hasta que ganara la elección”.
4. Recorridos nocturnos y de madrugada
Con el fin de constatar la inseguridad que imperaba en las calles y plazas públicas de Monterrey, Garza Sada y su comitiva iniciaron, el 8 de octubre, recorridos nocturnos a pie por el primer cuadro de la ciudad, develando la falta de vigilancia, alumbrado, basura en zonas comerciales y la presencia de un gran número de personas prostituyéndose en lugares como La Purísima y las calles de Carlos Salazar y Arteaga.
Posteriormente, se dirigieron en camioneta a las colonias donde la prostitución de hombres y mujeres se daba sin ningún tipo de restricciones, como la Garza Nieto. En contraste, para saludar personalmente a los trabajadores y estudiantes, visitó por la madrugada las fábricas ubicadas en torno a la Cervecería Cuauhtémoc, platicó con los obreros durante el cambio de turno (seis de la mañana) y, en las paradas de camiones de la avenida Universidad, saludó a los jóvenes que se dirigían a Ciudad Universitaria.
5. La esposa suple al candidato
El 11 de octubre, debido a la necesidad de cumplir con sus actividades relacionadas con su cargo de diputado federal, Benjamín Clariond salió por un par de días a la capital de la República, designando a su esposa, María de Lourdes Domene de Clariond, para que lo supliera en los actos de campaña. La aspirante a primera dama del municipio participó en dos mítines, uno en la colonia Cumbres y otro en el sector sur de la ciudad; en ambos fue ovacionada por la multitud.
6. Desayunando con el enemigo
Antes y después de sus campañas, los abanderados del PRI y del PAN se reunieron en conocidos restaurantes de la ciudad. El 12 de septiembre acordaron un pacto de no agresión, participar en debates y no utilizar recursos de la federación y el estado para sus campañas. El 9 de noviembre volvieron a desayunar para desearse suerte en los comicios e intercambiar puntos de vista sobre el proceso electoral. En un clima de armonía y cordialidad, ambos aspirantes se comprometieron a respetar los triunfos y reconocer las derrotas.
Con estas y otras singularidades más, los aspirantes a la alcaldía regia llamaron la atención del electorado, esperando obtener un triunfo contundente el 10 de noviembre de 1991. Veremos.
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