Candidato chusco
Sección Editorial
- Por: Adalberto Madero
- 20 Agosto 2025, 00:02
En el año de 1991 se realizaron tres procesos electorales: el 7 de julio, para la renovación de los poderes ejecutivo y legislativo; el 18 de agosto, para diputados federales y senadores de la República, y 10 de noviembre, para la elección de los 51 ayuntamientos de la entidad. En el último proceso, PRI y PAN tuvieron una participación contrastante: el primero, entusiasta; y el segundo, contradictorio. Veámoslo a continuación.
A pesar del desgaste que implicó la participación en los comicios locales y federales, el PRI mantuvo el ánimo para organizar la elección municipal y tratar nuevamente de conquistar la capital del estado. El 2 de agosto asumió la dirigencia estatal del PRI Leopoldo Espinosa Benavides, quien, para el día 20 de dicho mes, anunció que los candidatos a las alcaldías serían elegidos por consulta a las bases, y recomendó a sus correligionarios no acelerarse. Cuatro días después, ante la andanada de nombres que se vertían sobre el posible precandidato a la alcaldía regiomontana, el dirigente estatal señaló que los nombres que se habían barajeado eran sólo de oídas, porque habría que esperar que saliera la convocatoria interna del partido. Reconoció que tres priistas destacados contaban con la preferencia de los militantes: Felipe Zambrano, Alberto Santos y Benjamín Clariond.
Para el 27 de agosto no quedó duda de quién de los tres mencionados era el ungido. En una gira que realizó el alcalde regio, Juventino González, Benavides por la colonia Garza Nieto, se hizo acompañar por el entonces diputado federal Benjamín Clariond, quien aprovechó la ocasión para saludar a los vecinos y recibir ovaciones. Al término del evento, dijo que esperaría a que se publicara la convocatoria del PRI para decidir su participación en la contienda electoral. El 1 de septiembre, a las 13:30 horas, Leopoldo Espinosa, presidente estatal del PRI, y Alfonso Ayala Villarreal, secretario del partido, acudieron ante Alejandro Lambretón Narro, presidente de la Comisión Estatal Electoral, para registrar a los aspirantes a las alcaldías, entre ellos, Clariond.
El día 8 de ese mes se llevó a cabo la asamblea estatal del partido, donde los tres sectores del tricolor ratificaron su candidatura. En rueda de prensa, señaló que durante su campaña buscaría que existiera calidad en el proceso electoral y una gran cantidad de votos para convencer a propios y extraños, y trabajar por un Monterrey más limpio y moderno. Ese mismo día rindió su protesta en el inmueble de la ANDA, evento en el que tuvo su primer desaguisado, cuando los dirigentes que lo refirieron en público confundieron sus apellidos. Empezando por el diputado croquista Agustín Serna Servín, quien dijo que conocía muy bien al candidato: “Yo he trabajado junto con Benjamín Reyes Retana (sic) en la Cámara de Diputados y sé que va a hacer buen candidato”. No conforme con el error, remató: “Los croquistas, por eso, apoyamos a Benjamín Reyes Retana”. El colmo fue cuando el representante del PRI municipal, José Antonio Chávez, dijo que el partido se unificó y nombró a Benjamín Reyes Retana (sic) como su candidato a la alcaldía, “con el que llegaremos al triunfo”. El todavía diputado federal superó el desatino de sus compañeros y, al final, fue ovacionado por toda la concurrencia.
El candidato nació en Monterrey, el 23 de noviembre de 1948, siendo el cuarto de los seis hijos de Eugenio Clariond Garza y Ninfa Reyes Retana. Contrajo matrimonio con María de Lourdes Domene de Clariond. Estudió la licenciatura en Administración de Empresas en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Prosiguió con un diplomado en Alta Dirección de Empresas en el Centro de Estudios Industriales de Ginebra y en Dirección de Empresas Familiares en The Wharton School, incorporada a la Universidad de Pensilvania, EUA.
Ocupó diversos cargos a nivel directivo dentro del Grupo IMSA de Monterrey, siendo presidente y consejero en instituciones industriales, bancarias y de servicio, entre las que destacan: consejero en el Multibanco Mercantil del Norte; presidente del Consejo Regional Multibanco Mercantil de México; miembro del Centro Patronal de Nuevo León; miembro de la Liga de Empresarios Nacionalistas; consejero de la Cámara del Hierro y el Acero; presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido; gerente general de la empresa Clover; director de sistemas constructivos en Grupo Industrial IMSA, S. A.; accionista en Wonder Building de México, S. A.; gerente general de la empresa Zitro; y director de la División de Sistemas Constructivos de Industrias Monterrey. Miembro del PRI desde 1977, fue diputado a la LIV Legislatura (1988-1991) por el I Distrito Electoral Federal de Nuevo León. En esta legislatura, formó parte de las comisiones de Asentamientos Humanos y Obras Públicas, Patrimonio y Fomento Industrial, y Comunicaciones y Transportes de la Cámara de Diputados.
El 11 de septiembre arrancó su campaña en la colonia Rubén Jaramillo, donde tres años antes había iniciado la de diputado federal por el primer distrito. Al llegar al lugar, fue recibido entre abrazos, besos y porras por los habitantes de las colonias Rubén Jaramillo, Garza Nieto y el predio 10 de Marzo, quienes prácticamente le impidieron caminar por las siguientes porras: “Arriba el Benjas, vamos a ganar”; “Benjamín, amigo, el pueblo está contigo”; “Se ve, se siente, Benjamín está presente”, corearon sus simpatizantes. Después de bailar con varias vecinas, emitió su mensaje, afirmando que, de llegar a la alcaldía, no se quedaría en sus oficinas. Antes de retirarse, ayudó a repartir 2,500 platillos que obsequió la cadena de pizzerías Josephinos.
A diferencia de los anteriores candidatos, el “Benjas”, como comenzó a llamarle la gente, causó simpatía por ser bromista, dicharachero y amigable, rompiendo con la seriedad y frialdad de sus antecesores. Esta cercanía con los electores influirá en las votaciones del 10 de noviembre. Veremos.
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