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Opinión

Casi como película de Hollywood

Columna Invitada

Amo la NFL y más amo momentos como los de ayer.

Un Super Bowl dramático no tiene precio y si lo viste no lo vas a olvidar.

Gracias Kansas City, gracias San Francisco. Dos rivales dignos que dejaron talento y algunos errores en el emparrillado, pero lo que más entregaron es su pasión.

He leído ya decenas de crónicas sobre lo que pasó en Las Vegas y todo se resume a que estamos viviendo los tiempos de Kansas City, la nueva dinastía de la NFL.

Y me pongo de pie con el talento de Patrick Mahomes su quarteback, que a sus 28 años logra su tercer anillo de Super Bowl. Y créanme, va por más.

Pero Mahomes no está sólo en esta historia, para llegar a desarrollar este talento están sus entrenadores, en especial su head coach, Andy Reid.
Reid, un genio de este deporte, logró equilibrar el talento que tiene en su equipo con decisiones inteligentes para poder llevar a los Chiefs a las alturas en las que se encuentran.

Ayer con su triunfo en Las Vegas, el carismático bigotón escribió su nombre junto a grandes entrenadores que han logrado más de dos Vince Lombardi.

Bill Walsh (3), Joe Gibbs (3), Chuck Noll (4) y Bill Belichick (6), son la piel dorada del coacheo. Reid está ahora ahí.

Algo más que me deja impresionada, aunque no esperaba menos, Reid no hizo ‘‘chisme’’ del altercado que tuvo con su jugador Travis Kelce.

El ala cerrada en casi al inicio del juego se desesperó, empujó a su coach y lo encaró. Ya en las entrevistas posteriores al título los involucrados minimizaron el hecho.

"Realmente solo vino a decirme 'Méteme, anotaré, anotaré'. Así que realmente fue eso", dijo Reid a los medios y añadió que no es la primera vez que Kelce se muestra pasional por su interés en el juego. Un tipazo que mostró elegancia ante tan desafortunado incidente.

Y ya que toqué el tema de Kelce, era un hecho que los reflectores (él lo sabía) estaban sobre él. Siento que hasta el 4.º cuarto pudo sacudirse ese nervio y jugó como el arma letal que utiliza Kansas City. No llegó su TD y lo esperábamos como un guión de Hollywood perfecto. No llegó, pero era lo de menos a la hora de levantar el trofeo de campeones.

Kansas ganó con su talento y experiencia. San Francisco desaprovechó balones sueltos y al final la defensiva cedió ante los embates de Mohomes y compañía.

Sé el dolor que causa perder un Super Bowl, por eso empatizo con todos esos Ninners que han esperado décadas para poder se nuevo campeón a su equipo. Ya llegará ese momento.

Por el otro lado, el fandom de Chiefs no duerme y no es para menos. No se cansen de festejar, ya que es su momento.

Y antes de cerrar, que ya mi editor me apresura, les aseguro que la liga logró rompe su récord de audiencia. El año pasado alrededor de 115 espectadores vieron el SB por TV abierta, esta vez deben ser más y no sólo por el efecto Taylor Swift, sino porque otra vez la liga logró un espectáculo impecable en Las Vegas.

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