"Quién diría que un día extrañaríamos la infancia, si nuestro mayor deseo era crecer", Pablo Neruda.
Recordar a tu niño interior es una oportunidad maravillosa. Sacarlo a pasear, abrazarlo, verlo a los ojos, agradecerle… y decirle con cariño: “Todo va a estar bien”. A veces se nos olvida que ese niño o esa niña que fuimos sigue ahí, dentro de nosotros, esperando un ratito de atención, de ternura, de juego. Hoy, que es Día del Niño, es un buen día para conectar con tu infancia y tu niño interior.
La semana pasada fuimos a una empresa a dar un taller que se llama: El poder de tu niño interior. Hicimos una meditación guiada con la imaginación para volver a momentos bonitos de la infancia. Lo que pasó fue muy emotivo: algunos recordaron a su mamá haciéndoles sus gorditas favoritas; otros, a su abuela; otros se vieron jugando en su casa con sus primos y hermanos. Se llenó el espacio de recuerdos de travesuras, juegos y risas.
Y después… jugamos. Pusimos juegos de mesa, crayolas, legos, cuentos, plastilina, materiales para hacer pulseras, recortes, colores. Y ahí estaban: los adultos dibujando, pintando, armando cosas, riendo. Al principio con un poco de pena, pero al rato ya nadie quería parar. Ver a adultos jugar es algo que da gusto observar. Te das cuenta de que todos, sin excepción, llevamos dentro un niño o una niña que solo necesita permiso para salir un rato, reírse, olvidarse del deber ser y simplemente disfrutar.
Hoy quiero invitarte a eso: a darte chance de celebrar también a tu niño interior, a recordar cómo eras de niño o de niña, a buscar lo que te gustaba hacer: ¿dibujar?, ¿andar en bici?, ¿coleccionar piedritas? Si tienes hijos, sobrinos o niños cerca, entonces es más sencillo poder conectar con tu propia infancia. Pero si no, también puedes hacerlo a tu manera.
Y si hay heridas del pasado, puedes maternizarte o paternizarte. Es un término nuevo que he estado escuchando recientemente y que me encanta. Es aprender a darte a ti mismo lo que te faltó. Hablarte bonito, cuidarte, hablarte sin juicios; es volver a ti con amor.
Julia Cameron, autora de El Camino del Artista, habla de tener “citas contigo mismo”: espacios para conectar con tu niño interior, con tu creatividad, con esa parte tuya que no quiere ser productiva todo el tiempo, que solo quiere ser. Te recomiendo que tengas una cita contigo mismo para reconectar con ese niño o niña que te está esperando.
Y si no sabes por dónde empezar, te recomiendo un libro: El Principito. Tiene una frase que me encanta: “Todos los adultos fueron primero niños… pero pocos lo recuerdan”. Hoy puede ser un buen día para recordarlo. Y quién sabe… quizá te guste sacar a pasear a ese niño o niña, y se vuelvan buenos nuevos amigos.
Gracias por leernos. Pueden escribirnos a nuestro correo marysol@marysolflores.com. Nos encantaría escuchar sus comentarios.
Dra. Marysol Flores Martínez Conferencista | Autora | Consultora | Doctora en Liderazgo y Desarrollo Humano | Maestría en Psicología Neuroeducativa | Catedrática del Tec de Monterrey | Podcast en YouTube: FamiliaViva | Fundadora de @familiaviva.mx
