Opinión

Consejos de una política sabia

Sección Editorial

  • Por: Eloy Garza
  • 15 Noviembre 2022, 20:00

Tengo una amiga que es sabia en cuestiones políticas. De hecho, siempre he pensado que más que paridad de género, lo que debería operarse en México es una entrega expedita y sin reservas del poder político a las mujeres. Así de simple. Mi amiga sabia dice que en México, aunque las cosas no están en un punto de no retorno, están cerca de estarlo. Sin embargo, antes de adelantar diagnósticos, tenemos que analizar las reacciones de cada jugador y de cada equipo político para irlo evaluando. Todo sobre la marcha, porque el tiempo no se frena. Quien detenta el poder tiene que ser cauteloso si no se tiene de aliados a los contrapesos del Ejecutivo. Claro está, señala mi amiga, AMLO, a diferencia de otros homólogos suyos, tiene prácticamente en sus manos la mayoría de los órganos de contrapeso y pretende ir por los demás, como es el caso del INE. Cuidado con vender el alma al diablo. Ahí está el caso de Fausto. No se hipoteca lo más por lo menos. Mejor trabajar mucho políticamente para conseguir una composición favorable del entramado en disputa. Y pone mi amiga el ejemplo de Joe Biden en las elecciones intermedias de EUA. Lentamente, subrepticiamente, Biden le ganó la mayoría del Senado a los candidatos extremistas de su rival Donald Trump. Contra todo pronóstico. Contra todas las encuestas. Con el triunfo de la mayoría de los escaños, Biden ya no necesitará hacer sus reformas por decreto. Bien merecido premio al viejo Joe. Más sabe el diablo por viejo que por diablo. ¿No sientes que ganarás las elecciones intermedias aunque le eches muchas ganas? Olvídate de tus ideas reformistas. Renuncia a ellas oportunamente y déjalas para mejores épocas. Nunca es tarde. Ya vendrán vientos propicios. Dentro de su evidente e irremediable terquedad, AMLO nunca negociará algo que no necesite a cambio de prebendas costosas. Nunca echa para atrás sus compromisos con los adversarios porque nunca establece compromisos con ellos. Más que negociar, compra. Más que salir a cabildear, puja en cada subasta. Tratar de salvar un error, a veces resulta muy costoso, sobre todo si este intento de salvación se ejecuta mal. Mi amiga es maquiavélica porque la política en México, aunque no parezca, es igual de compleja y sofisticada que la política florentina. Si das un golpe de autoridad sobre la mesa, respáldalo con el peso de tus relaciones con otros poderes fácticos. Busca aliados, o cómplices, o como quieras llamarlos. Así consolidarás tu influencia en el poder establecido. O lo que los gringos llaman: “the power that be”. Abro un paréntesis. La expresión “the powers that be” (poderes, en plural) proviene de un versículo de la Biblia, según la versión King James en inglés. Cito textual el versículo: “Let every soul be subject unto the higher powers. For there is no power but of God: The powers that be are ordained of God” (Romanos 13,1). Traducido al español, este pasaje dice: “Todos deben someterse a las autoridades constituidas, porque no hay autoridad que no provenga de Dios y los poderes que existen han sido establecidas por él”. No ataques a tu rival si tus golpes no son suficientemente legales. Si no lo son, te los van a revertir, tarde o temprano. O ten la fuerza política suficiente para sostenerlos. Sobre todo: no amenaces. Opera. Nunca amenaces. Cuando tus enemigos huelen tu hilo de sangre, se les hace agua la boca. Nunca dejes que se saboreen de sus efímeros golpes. Mi amiga termina su sesión de consejos pragmáticos con cinco condiciones para gobernar bien: 1.- Control de crisis. 2.- Arrópate con analistas de prospectiva política. 3.- Ármate con estrategas políticos. 4.- Mide los factores reales de poder que te respalden. 5.- Ten interlocutores de peso. Y ojo: esas cinco condiciones, si se dan, sólo sirven para sobrevivir escenario por escenario. Un día a la vez. 

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