Opinión

Destape anunciado

Sección Editorial

  • Por: Adalberto Madero
  • 23 Julio 2025, 00:02

Al arrancar el mes de julio de 1988, en la política local era un secreto a voces que, desde la capital de la República, se había indicado que Sócrates Rizzo García, diputado federal y presidente del PRI estatal, sería el candidato tricolor para la alcaldía de Monterrey. Esto en virtud de su trayectoria, y sobre todo por ser amigo de Carlos Salinas de Gortari, presidente electo de México. Veámoslo a continuación.

El 14 de julio, el senador y dirigente estatal de la CTM, Raúl Caballero Escamilla, fue el encargado de iniciar el simulacro de la contienda interna, destapando a dos precandidatos para la alcaldía regia: Sócrates Rizzo García, presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, y Eloy Cantú Segovia, secretario de Programación y Desarrollo estatal. Advirtió que  los referidos “eran muy buenos aspirantes, con honestidad probada, capacidad política e ideología revolucionaria, y muy ligados a las bases priistas”.

Durante los días siguientes, los columnistas develaron que la suerte estaba echada a favor de Rizzo García. Por ejemplo, M.A Kiavelo sostuvo que “solo un terremoto político podría despojar de su segura candidatura al líder estatal del PRI”. Aseguró que el partido adelantó los destapes “ante la embestida panista de la popular y aguerrida Tere García de Madero”, y que la designación se llevaría a cabo después de la gira que tendría por Nuevo León el presidente electo Carlos Salinas, quien aprovecharía el viaje “para vender las bondades de Sócrates ante algunos privados de iniciativa regiomontana que no le perdonan todavía sus errores de juventud”.

El 31 de agosto, en el Cinema Río 70, se llevó a cabo la Convención del PRI, con la participación de 800 delegados de los tres sectores del partido, cuya votación unánime dio el triunfo a Rizzo García. Joaquín Contreras Cantú, delegado del Comité Ejecutivo Nacional en Nuevo León, presidió el evento y le tomó protesta al flamante candidato. El gobernador Jorge Treviño expresó en su mensaje que el acto mostraba a propios y extraños lo que hacía fuerte al PRI: “la unidad en torno al consenso que se dio para ungir a un candidato”. El candidato tricolor dijo en su discurso que asumía la responsabilidad de la candidatura y estaba consciente del reto que significaba, seguro de la fuerza y la unidad de su partido. Durante 66 días efectuaría una contienda permanente, y la planilla de su partido trabajaría simultáneamente. Se comprometió a luchar por el desempleo, mejorar el transporte, el abastecimiento de agua, implementar más programas de drenaje y pavimentación, evitar la contaminación y el ruido, generar más áreas verdes y ofrecer más servicios de salud “por los niños que no tienen bancos en sus escuelas, por los enfermos que no encuentran medicinas y servicios apropiados de salud, por los ancianos que no son atendidos frente a su pobreza y sus dolencias”.

Sócrates Cuauhtémoc Rizzo García nació en Linares, Nuevo León, el 14 de septiembre de 1945. Realizó los estudios básicos en su ciudad natal. En 1958 se trasladó a Monterrey para ingresar a la Secundaria No. 1 Moisés Sáenz Garza. En 1961 se matriculó en el Colegio Civil, y posteriormente cursó la licenciatura en Economía en la Universidad de Nuevo León graduándose en 1969. Realizó la maestría en economía en El Colegio de México entre 1969-1971, y el doctorado en la Universidad de Chicago en el lapso de 1971 a 1974, con la especialidad en economía internacional y desarrollo económico. Durante su juventud participó en los círculos de estudios espartaquistas dirigidos por el escritor José Revueltas.

Desde 1976 se desempeñó como catedrático en diversas universidades, como el Instituto Tecnológico de México, la Escuela Superior de Economía del Instituto Politécnico Nacional, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM, y la Universidad Autónoma de Chapingo, entre otras. Laboró varios años en el gobierno federal:  asesor de la Secretaría de la Presidencia de la República en 1975, asesor general de Nacional Financiera entre 1976 y 1979, director de Estudios de Política Hacendaria en la Secretaría de Hacienda (1979-19819), y director general de la Secretaría de Programación y Presupuesto de 1982 a 1985. Fue diputado federal en la LIII Legislatura (1983-1986), donde presidió la Comisión de Programación y Presupuesto y, en el último año, la Comisión Instaladora del Colegio Electoral. Fue presidente del Comité Ejecutivo Nacional de la CNOP, así como presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Nuevo León (enero a septiembre de 1988).

Entre los trascendidos de la prensa alusivos a la convención priista, destacan las notas de Federico Arreola y Ricardo Omaña. El primero señaló que el PRI, a pesar de autonombrarse modernizado, seguía actuando igual que siempre: “la convención era, según el PRI, para elegir candidato a la alcaldía de Monterrey. Cínicos priistas. ¿Creen que somos tontos? Ya ni la friegan, al candidato del PRI lo eligieron (lo dedearon, término más científico) desde la semana pasada y se llama Sócrates Rizzo. ¿A quién se le ocurrió programar una convención gorrosísima para elegir al ya elegido?”. Por su parte, Omaña destacó que el ungido no era muy familiar entre los regiomontanos, “porque no había sido aquí donde se había formado y crecido en el quehacer político.” Sin embargo, consideró que la designación había sido acertada, porque “Rizzo tiene derecho de picaporte con Carlos Salinas de Gortari (…) un empujón de la Federación, que Sócrates podría gestionar, no le caería mal a nuestra ciudad demasiado grande y compleja para las penurias presupuestales”.

En su primera rueda de prensa, se le cuestionó sobre su pasado izquierdista, a lo que señaló: “Fueron inquietudes juveniles por lograr un mundo más justo. Mal de aquel que no tiene inquietudes políticas de justicia social en su juventud y de cambiar el mundo de la noche a la mañana, pero peor de aquel que todavía a los 25 sigue teniéndolas. Creo que mi ideología es muy clara: es la ideología del PRI y eso lo he demostrado a lo largo de mi vida”.

El 1º de septiembre anunció que su campaña duraría 66 días, la cual iniciaría al día siguiente en el noroeste de la ciudad, en un recorrido a pie por diversas colonias, primero casa por casa para informarles lo que iba a pasar y después una reunión en auditorio para tener mayor acercamiento con la gente. Hasta entonces no tenía un programa específico de su campaña, porque se incluirían las demandas y sugerencias de la ciudadanía.

De esta forma quedaba perfilada la contienda electoral por el municipio de Monterrey. Había que esperar que las campañas prendieran a los electores, quienes sumaban varios comicios con baja participación, ¿se repetiría la apatía electoral? veremos.

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