Opinión

Diente de león

Sección Editorial

  • Por: Fina Ferrara
  • 11 Septiembre 2025, 07:00

Una maleza común, con grandes beneficios medicinales, entre ellos un poderoso efecto depurativo del hígado y la vesícula biliar.

De niños, muchos recordamos haber soplado las esferas de semillas del diente de león, viendo cómo flotaban en el aire como pequeños paracaídas. Lo que no imaginábamos es que esta planta silvestre y aparentemente insignificante podría tener un lugar privilegiado en la herbolaria tradicional y científica.

El diente de león (Taraxacum officinale), es una maleza nativa de Europa, hoy distribuida por todo el mundo. Es frecuente encontrarla en jardines, céspedes, parques o al borde de los caminos. A pesar de su apariencia común, esta planta ha sido usada durante siglos por sus propiedades curativas y sigue siendo estudiada por la ciencia moderna.

El diente de león es conocido por su efecto depurativo del hígado y la vesícula biliar, así como por su capacidad diurética y mineralizante. También se emplea para tratar candidiasis digestiva y como tónico pancreático.

Lo que lo convierte en un gran aliado en el control de la glucosa sanguínea, ayudando en la prevención de la diabetes tipo 2, gracias a su acción estimulante sobre las células pancreáticas.

El nombre popular diente de león proviene de la forma de sus hojas, con bordes agudos y curvos que recuerdan a los colmillos de un león. El término científico Taraxacum, que significa “yo remuevo” en griego, hace referencia a sus propiedades laxantes y depurativas.

El uso medicinal del diente de león está documentado desde el siglo XI en manuscritos árabes. Durante la Edad Media, no había tratado de medicina herbolaria que no lo mencionara, y en el siglo XVI su empleo ya estaba ampliamente difundido en Europa para tratar problemas hepáticos y como diurético natural.

Hoy sabemos que las hojas tienen una acción colerética (estimulante de la producción de bilis), y diurética, mientras que la raíz actúa directamente sobre las funciones hepáticas. 

Tomado antes de comer, funciona como aperitivo; después de los alimentos, como digestivo. Su suave efecto laxante también lo hace ideal para personas con dependencia a laxantes químicos.

Estudios recientes han confirmado varias propiedades adicionales del diente de león, entre ellas su actividad antitumoral, inmunomoduladora y antiinflamatoria. Esta planta es considerada una de las mejores drenadoras naturales, ya que posee efectos laxantes, diuréticos, colagogos (estimulan el flujo biliar), y coleréticos (aumentan la producción de bilis).

La infusión de su raíz se utiliza en casos de cálculos biliares, etapas iniciales de cirrosis y hepatitis. Además, puede ayudar a aliviar síntomas relacionados con digestiones pesadas, retención de líquidos y desequilibrios hepáticos leves.

A diferencia de muchas plantas medicinales, el diente de león no presenta toxicidad durante el embarazo, lo que lo hace una opción segura como tónico natural para futuras madres.

Compartir en: