Opinión

Diosidencias (¿coincidencias?)

Sección Editorial

  • Por: Gina Goldfeder
  • 14 Febrero 2024, 19:28

Tal vez los encuentros entre las personas en un inicio pueden ser casuales, pero la continuidad y permanencia de los vínculos se determina por una combinación de factores emocionales, situacionales, intelectuales o espirituales.

Sabemos que la vida es un resultado de nuestra colaboración activa o inactiva en nuestras relaciones interpersonales y proyectos de vida.

En ocasiones la falta de compromiso y responsabilidad hace que pongamos un “elemento mágico” en lo que acontece en nuestra vida, determinando que ocurre por destino o azar y que no importan nuestras decisiones y nuestra acciones, pues en última instancia las cosas pasan por «casualidad».

Esta visión de la existencia nos convierte personas que no toman decisiones concretas respecto al curso de su vida.

Por otra parte, existen los nihilistas que niegan cualquier significado o finalidad trascendente de la existencia humana». Aquí, el sentido de la vida no tiene trascendencia y lo que importa es el placer inmediato o evitar el dolor inherente a la existencia.

Entonces, ¿la vida es una casualidad que se rige de forma aleatoria?, ¿cuál es el sentido de la existencia?, ¿tenemos un propósito en la vida, o sólo estamos aquí para trabajar, consumir y divertirnos?

Estas preguntas nos dirigen a cuestionarnos si todo lo que existe tiene un propósito o no, o si tenemos algún tipo de control sobre nuestra vida, o por el contrario, si somos las víctimas de nuestra propia existencia.

Cuando pensamos que la existencia carece por completo de sentido, tendemos a huir constantemente de nosotros mismos por medio de la evasión, anestesiando nuestras emociones con cualquier distractor para evitar cuestionarnos nuestro lugar en el mundo.

Estas creencias tienen su propia razón de ser, por un lado nos ayudan para evitar enfrentarnos al miedo a la libertad o el miedo al vacío. Cuando creemos que nuestra propia vida no depende de nosotros, evadimos cualquier responsabilidad sobre ella.

El ego nos dirige a preguntarnos porqué nos pasan las cosas sin abrir el espacio para reflexionar para qué han ocurrido. Cuando nos enfocamos en el “¿Para qué?” vemos las situaciones como una oportunidad en la que lo que nos sucede, sea una invitación a asumir la responsabilidad y aprender de nuestras elecciones.

Aquí logramos ver cual es el sentido de las cosas y el aprendizaje de fondo que incluye cualquier experiencia. Existen tantas formas de explicar las diosidencias como maneras de ver la vida.

Sigmund Freud (Psicoanálisis) decía que “la infancia es destino”. Desde esta perspectiva, no existen “diosidencias” o casualidades y las elecciones que la persona realiza a lo largo de su vida están en función a sus temas no resueltos de la infancia.

Viktor Frankl,  (Existencialismo) por el contrario, se enfocó en el sentido de la vida y en el hecho de que las cosas “suceden por algo” con un valor trascendente que hay que descubrir.

Y para ti, ¿la vida es una casualidad o una diosidencia?

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