En América Latina, la pobreza no es solo una consecuencia estructural, sino también el resultado de una ignorancia funcional cultivada por gobiernos mediocres y populistas. Uno de los silencios más caros en esta región es el de la educación financiera. No enseñarla es estratégico: un pueblo que no entiende cómo funciona el dinero no sabe cuándo se lo están robando.
Según el Global Financial Literacy Survey de Standard & Poor’s, solo el 32% de los adultos latinoamericanos entienden conceptos financieros básicos. En México, ese número es del 32%; en Brasil, 35%; en países como Venezuela, directamente se diluye entre la opacidad de los datos oficiales. En contraste, en países desarrollados la cifra supera el 65%, con impactos concretos en la capacidad de ahorro, inversión, y vigilancia ciudadana sobre la política económica.
Esta carencia no es accidental. Los populismos necesitan ciudadanos que crean que el Estado “da” sin consecuencias. Pero ningún bono es gratis: lo paga la inflación, el endeudamiento o el colapso fiscal. La ignorancia es, así, combustible para promesas mágicas. En Argentina, en 2023, la emisión monetaria superó los 8 billones de pesos para financiar déficit. Resultado: inflación de 140% y aumento de la pobreza al 55%. ¿Quién cuestiona esto si no sabe cómo opera un banco central?
La falta de educación financiera perpetúa la dependencia. Jóvenes que no distinguen entre tasa nominal y efectiva aceptan créditos usureros; familias endeudadas en cuotas compran lo que no pueden sostener; millones aceptan subsidios como dádivas, sin comprender que son pagos a cuenta de una ciudadanía infantilizada.
Romper este ciclo exige voluntad política, pero también presión social. Urge incluir educación financiera real en las escuelas, no como optativa, sino como derecho básico. No se trata solo de enseñar a ahorrar, sino de formar ciudadanos que entiendan el costo del populismo, la trampa de la deuda pública y el espejismo del asistencialismo eterno. Porque mientras la ignorancia sea política de Estado, la “maka” seguirá siendo legal.
