Ayer presentó Aldo Fasci su libro: Todos somos el asesino: un análisis disruptor para entender el fenómeno criminal en México.
La cita fue en la FIL de Monterrey y tuvo como acompañante al colega Félix Cortés Camarillo, institución del periodismo en México.
No haré, por ahora, un análisis del contenido de este volumen muy bien editado, que puede ser descargado en PDF.
Sólo subrayo uno de los temas tratados por el autor; autoridad no sólo como servidor publico sino como destacado estudioso del fenómeno delictivo.
Aldo comenta que la mayoría de las armas ilegales que circulan en México, usadas por el crimen organizado, no son de origen norteamericano. Son europeas, rusas.
Lo mismo en el caso de las municiones.
Se dice que en un enfrentamiento entre bandas delictivas se acaban, en promedio, las municiones que cabrían en una caja de pick-up.
Esto significa que se trafican cientos de contenedores de municiones que llegan vía marítima.
Dicho de otro modo, el crimen organizado implica algo más que mandar droga de America Latina a EUA, a cambio de que desde ese país se vendan armas a los capos de México.
La situación es mucho más compleja y forma un entramado internacional.
Por lo tanto, cuidemos nuestras fronteras no sólo terrestres sino marítimas. Y esto nos lleva a la necesidad de coordinar acciones entre diversos países, porque el problema es global.
Tan es así que, por ejemplo, en promedio, cinco de cada nueve afganos son reclutados por el crimen organizado.
En México, se dice que el narcotráfico es la quinta generadora de empleo.
Aldo lo cuestiona: la cifras reales de gente involucrada voluntaria o involuntariamente en el narco (desde un halcón hasta un delincuente de cuello blanco) deben ser de mayor rango.
El libro de Aldo Fasci merece una lectura a fondo porque ilumina los sótanos más tétricos del crimen en México y nos lleva a una lección de civismo, de cultivar valores comunitarios y generar un clima de paz, más allá de la dicotomía: abrazos no balazos.
La difusión de esta obra que forma ya parte del acervo bibliográfico de Nuevo León, fue operada magistralmente por Omar Cervantes, uno de los mejores comunicólogos que tenemos en México.
De manera que el evento de Aldo Fasci fue garantía de éxito en cuanto a público asistente y como estímulo poderoso para poner solución colectiva a este grave problema que nos aqueja a todos los mexicanos.