pluma_1x1_4ff1545c4c
Opinión

El año que llega

Punto de inflexión

El 2023 fue un año complejo y convulso. El estallido del conflicto armado entre Israel y Hamás, aunado a la continuidad de las hostilidades entre Rusia y Ucrania, ponen en riesgo la estabilidad mundial como hacía mucho tiempo no pasaba. El triunfo de la ultraderecha en Argentina y el retorno a la izquierda en Brasil demuestran un pragmatismo político en América Latina que genera esperanza. 

Por medio de los terremotos terribles en Siria, Turquía y Marruecos, el huracán que devastó Acapulco, los incendios que arrasaron con grandes extensiones de Canadá, Hawái y Grecia, las inundaciones que cobraron muchas vidas como la de Tesalia, así como los calores récord en muchas partes del orbe y la sequía que sufrió en verano el norte de México, la naturaleza nos está diciendo a gritos que está enojada.

También, como dato curioso, China dejó de ser el país más poblado el mundo, cediendo su lugar a India, y la ONU dio por terminada la pandemia del Covid-19, para regocijo de la humanidad.

Pero ese 2023, para bien o para mal, ya quedó atrás. Ahora nuestra atención debe estar puesta en 2024, lo mismo que nuestras metas y nuestros objetivos. Este año que recién inicia será crucial para los mexicanos, ya que renovaremos la Presidencia de la República y las dos cámaras legislativas. De lo que decidamos en las urnas dependerá el futuro de nuestros hijos, de nuestras familias. 

Además, en un fenómeno que sólo se observa cada 12 años, también se empalmará con la elección presidencial de Estados Unidos, con gran repercusión en nuestro país.

Más allá de lo que pase en el mundo, generalmente circunstancias fuera de nuestro alcance, hay mucho que podemos hacer aquí, ahora, para mejorar nuestras vidas y las de quienes nos rodean.

El inicio de año siempre es una oportunidad hermosa para renovarnos, fijarnos metas, soñar despiertos, crear y creer en nosotros mismos, y sobre todo poner manos a la obra para alcanzar nuestros propósitos. Dejar de escuchar las voces que nos dicen que no se puede. Arriesgarnos, inventar y reinventarnos, caer y levantarnos con más fuerza, energía y entereza. Fijar un destino, dirigirnos hacia él y disfrutar del trayecto.

Es momento de perdonar, pedir perdón y perdonarnos, soltar el lastre que venimos cargando de sucesos pasados que no podemos cambiar. Darle vuelta a la página. Convivir más con nuestros padres, nuestra pareja, nuestros hijos, nuestros amigos.

Es momento de ser ciudadanos responsables, con nuestra sociedad y con el medio ambiente. No podemos esperar resultados diferentes sin cambiar nuestra actitud con respecto a la naturaleza.

Tratemos de dejar el mundo mejor que como lo encontramos y recordemos siempre que no es nuestro, sino que es sólo prestado por nuestros hijos.

El 2024 es nuestro, luchamos por él. ¡Feliz año nuevo!

más del autor

La fórmula contra la envidia

La envidia es uno de los siete pecados capitales y es, sin duda, uno de los...

Todos somos hermanos

Al terminar la cruenta batalla de Solferino en el norte de Italia, a mediados...

El satanizado revendedor

Hace algunos días circularon en redes sociales imágenes de decenas de...

Otra vez los pluris

Con la propuesta de reformas legislativas, algunas de ellas constitucionales,...

últimas opiniones

Una invitación a una oración litúrgica

Todos somos sacerdotes desde nuestro bautismo, y con ello viene una...

Dos enigmas, dos

Tan turbio y manoseado es el caso de la suspendida pensión de viudez a...

¿Hizo bien Mauricio Fernández abandonando el debate del Instituto Estatal Electoral?

¿Cómo reaccionar como votante nuevoleonés si un candidato se sale en pleno...

¡En la maaaa…user! ¡Sí hay fiesta!

Cómo ve, estimado lector, que el gobierno de Nuevo León se encargó de...

×