Para decir verdad, esta columna iba dirigida, en su origen, al tema “Alcalde por un día”; sin embargo, dadas las circunstancias actuales de los mentores de México, mismas circunstancias que están comprendidas en una disimilitud entre el SNTE y la CNTE, nos vemos en la imperiosa necesidad de dejar pendiente el noble gesto de un alcalde del área metropolitana de Monterrey. Así es, estamos hablando de San Nicolás de los Garza, N.L.
Resulta que el 15 de mayo se anuncia, con mariachis, bombo y platillo, el tan esperado incremento salarial que afectará positivamente (¿?) a los responsables directos de la transformación del país: los maestros y el personal de apoyo. Mientras que el resto de los trabajadores de la nación recibe su aumento salarial en el mes de enero, los docentes y demás personal lo reciben, si bien les va, en junio o julio de cada año. ¿La razón? Sencillamente porque esperan la anunciación hasta la celebración del Día de los Educadores de la República Mexicana. Es toda una tradición.
En este 2025, las expectativas estaban muy altas en la materia en comento, dado que provenía de la constructora del “segundo piso de la cuarta transformación”: la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
¿Y el resultado? Como es del dominio nacional, fue el 9% de aumento con retroactivo al 1 de enero, más el 1% a partir del 1 de septiembre Y PUNTO.
A ver, ¿y lo demás que expresó la primera magistrada del país? ¿Qué fue? Bien, enfatizó que el incremento va acompañado de una semana más de vacaciones. ¿Es en serio? Solo como dato recordatorio: el ciclo escolar actual lo empezamos el lunes 29 de agosto de 2024. En concordancia con lo dicho por la presidenta Claudia, Mario Delgado Carrillo, secretario de Educación Federal, declaró recientemente que el año escolar subsecuente iniciará el lunes 1 de septiembre. Si esto fuese verídico y, en este orden de ideas, tendremos más materia para confirmar o criticar esta “dizque” semana adicional de vacaciones, porque las cuentas no me dan. Estaremos atentos.
Esta anunciación “sacramental” (con el debido respeto a los sagrados sacramentos eclesiásticos) fue “bendecida” por el titular del contrato colectivo del trabajo: el SNTE, cuyo secretario general nacional es el senador (por MORENA) Alfonso Cepeda Salas. Sí, el mismo que gestionó y logró que se impusieran con letras de oro: “15 de mayo, Día del Maestro”. Asimismo, como también es de conocimiento nacional, existe un grupo dentro del SNTE que, desde aproximadamente 1979, es disímbolo. Nos estamos refiriendo a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (la CNTE). Las movilizaciones y plantones que ya se conocen en el centro y sur del país son su impronta.
¿Resultados? Siempre logran algo que el resto del país lo disfruta; le duela a quien le duela.
La docencia mexicana está esperando con ansias el desglose del aumento salarial que llegará a sus deteriorados bolsillos ¿quién sabe cuándo?, para efecto de calcular con realidad lo que recibirá quincenalmente de más. Es decir, ¿cuánto impactará en directo al concepto 07 en el renglón de ingresos? Porque también habrá que considerar el renglón de egresos denominado impuesto sobre la renta, debido a que “a mayor ingreso, mayor impuesto a pagar”. ¡Ah!, ¿verdad? “Pos” sí.
Con estos acontecimientos, se siente mucho la cercanía de la dirigencia nacional del SNTE con la autoridad federal; no obstante, y de igual correspondencia, se siente mucho LA LEJANÍA DEL SNTE CON SU BASE TRABAJADORA. Mientras que la primera magistratura nacional afirma que “no hay (dinero) para más”, los representantes sindicales solo asienten con la cabeza en señal de aprobación y con sonrisa maquiavélica, además.
Pobre magisterio, un engaño más. ¿Hasta cuándo será tan pasivo? Esta conducta de “apatía” es observable en el centro (con excepción de Zacatecas) y en el norte de México. Los cachorritos caninos abren los ojos a los quince días de nacidos; y el colectivo docente mexicano, ¿cuándo abrirá los suyos? Sólo Dios lo sabe, pero será más pronto que tarde. La verdad como es, se tenía que decir y se dijo. Hasta la próxima.