El escándalo de Marko Cortés y su acuerdo por debajo de la mesa en el que pretendía quedarse con el 20% del botín político del gobierno de Coahuila ha sacudido a la opinión pública, una parte apuntando al cinismo y la otra a la estupidez del presidente nacional del PAN.
A través de su cuenta de X, Marko Cortés da a conocer el acuerdo pactado y firmado por las dirigencias nacionales de los partidos del PRI y PAN, respecto a las posiciones electorales para 2023 con la elección de Coahuila y Estado de México, que establece que ambas serían sigladas por el PRI (Manolo Jiménez y Alejandra del Moral) y las de 2024, la Presidencia de la República y la Ciudad de México que encabezaría el PAN (Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada), tal cual sucedió.
Con la publicación de este acuerdo, el líder nacional del PAN pretendía amagar al gobernador Manolo Jiménez para que las candidaturas establecidas en el mismo se respetaran, además de las posiciones políticas ventiladas en ese documento, lo que es simplemente escandaloso.
El acuerdo mostrado por Marko es la prueba gráfica de la lucha del poder por el poder y por el dinero. Marko Cortés solicitaba el Instituto de Transparencia, seis notarías, ratificación de un magistrado, los descentralizados: “Infraestructura educativa o Agua o Junta de Caminos”, 20% de las oficinas de recaudación, entre otras. El gobernador Samuel García reaccionó a este documento haciendo un resumen de las razones para lo que querían estas dependencias y señaló: “notarías para seguir con el cártel inmobiliario, oficinas recaudatorias para robarse los impuestos y la secretaría de infraestructura para pedir moches”, todo cobra sentido.
Las consecuencias de este desaguisado en las próximas elecciones de Coahuila para junio 2024 acaban con la alianza del PAN, PRI y PRD; el PAN irá por su cuenta, mientras que PRI y PRD junto con un partido local irán juntos para la elección, situación que complica aún más el escenario nacional para la candidata del Frente por México.
De “Alito” Moreno ni sus luces, el presidente nacional del PRI que debería salir a poner el pecho por el gobierno de Coahuila y a dar una explicación de lo que sucedido, simplemente desapareció.
Xóchitl Gálvez, por su parte, condenó el acuerdo firmado por los partidos y se deslindó del mismo, pero su candidatura también fue negociada al encabezar el PAN la Presidencia (aunque ella se diga ciudadana) y esa es la razón por la que en el proceso interno del Frente por México las declinaciones de Enrique de la Madrid y de Beatriz Paredes no se hicieron esperar, pues ese el lugar era para el PAN y así fue como se gestó la imposición de Xóchitl como candidata.
Si a Xóchitl realmente le parece ese acuerdo algo inaceptable, su postura debiera ser congruente y renunciar a la candidatura que representa los intereses de los partidos políticos y los grupos de poder con prácticas antidemocráticas que tanto daño han hecho a nuestro país.
Marko Cortés trató de justificarse diciendo que así son los gobiernos de coalición y nada más lejano de eso, la hoja arrugada y firmada que compartió habla de arrebato de posiciones políticas al gobierno entrante, jamás conjuga una sola oración en relación a la democracia, al bienestar de la población de Coahuila, no habla de una forma de gobierno conjunto o algo que haga referencia a la ideología o valores de su partido, simplemente el acuerdo va directo al grano de las posiciones que quieren y que creen que por estar escritas en ese papel les corresponden.
Lo increíble es que este tipo de prácticas provengan de quienes se han autodenominado como los defensores de la democracia #ElINEnosetoca y los garantes de la independencia de los organismos autónomos como el INAI y del Poder Judicial, y que sean los mismos que apuntan con el dedo a todo lo que hace el gobierno federal quienes participen en el reparto por el poder y el dinero, pero así es la doble moral de la clase política de siempre, repugnante.
