No comprenderé jamás, la falta de respeto en contra de quienes; con un poco de sentido común, inteligencia y educación básica, saben, que hablar de “vieja política” es absurdo.
No vamos a meternos en camisa de 11 varas, porque tampoco es el motivo, solamente recordar, a todos los partidos, al círculo rojo, a los aspirantes, que la política es lo que es.
Que la búsqueda del poder es cruenta, feroz, incluso, si revisamos la historia y los ejercicios extremos, la política puede llegar a ser, criminal; entre sociopatías y dementes que tienen todo tipo de enfermedades siquiátricas, por algo muy sencillo.
La política la realizan seres humanos. Y estoy seguro, que somos todo, menos a imagen y semejanza de Dios. Aquí respetamos todas las manifestaciones. Cristianismo, islamismo, hinduismo, budismo, judaísmo, bahaí, confucianismo, todas. Y si hablamos de órdenes superiores, quizá las más populares en occidente, son las marcadas en la llamada fe cristiana.
Preceptos atropellados, que son parte de la política de todos los días, y que ya vienen en el paquete de la condición del ser humano y su multiplicidad de pasiones. Humanos, que parece que tenemos como deporte, avanzar en el sentido contrario de la moral y su prima hermana, la ética.
Así, en la política solo han cambiado los medios de comunicarla, la tecnología es distinta, pero seguimos contraviniendo los mandamientos y hacemos de los pecados capitales, sangre derramada.
Veamos: Se supone que los hombres, las mujeres de bien, deberían amar a Dios por sobre todas las cosas. Nunca tomar el nombre de Dios en vano, santificar las fiestas en nombre de Dios, honrar al padre y a su madre; no matar, no cometer actos impuros.
No robar, no dar falso testimonio, no mentir, no consentir pensamientos ni deseos impuros y no codiciar los bienes ajenos.
Pero, parece que se les pide lo contrario, y en la nueva, la vieja, la política de siempre, las guías conductuales son la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza
Posdata: Y para reír, recordemos la pregunta más “complicada” que enunciara Les Luthiers sobre la vida:
“A menudo mis alumnos me preguntan si la hermenéutica telúrica incaica transtrueca la peripatética anotrética de la filosofía aristotélica, por la inocuidad fáctica de los diálogos socráticos no dogmáticos. Yo siempre les respondo que no”.
- Discúlpeme, ¿Alumnos de qué? Básquetbol...
Si son curiosos como un servidor, busquen la respuesta, aunque sé, solo, por diversión, para llegar a la conclusión de que, en este y tantos asuntos, en la política, la moral es letra muerta y que muchos, deberían, en estos tiempos, respetar más a la audiencia electoral.
Por qué lo hacen, también tenemos la respuesta: “Los nacos somos más” y así fuimos edificados y de eso tiene culpa, todos los hombres del poder de las últimas 9 décadas.
En fin, ya decía Bernard M. Baruch, “vota a aquel que prometa menos. Será el que menos te decepcione”.
