Insólito que la política del PRIAN y en especial del Ayuntamiento de San Nicolás opere como si fuera un cártel de crimen organizado.
El alcalde Daniel Carrillo, su padrino Zeferino Salgado y el PRIAN han rebasado los límites de la vergüenza.
Detener un camión de una empresa con décadas de historia y reputación probada, clausurar al principal distribuidor de oxígeno para hospitales, quedará en la historia de Nuevo León como la peor manipulación de la fuerza pública contra particulares.
Si Winston Churchill decía que la guerra es un catálogo de errores, la política del PRIAN es un catálogo de abusos.
El PRIAN ha clausurado empresas y detenido camiones propiedad de la familia Flores Serna, empresas de 65 y 37 años de antigüedad, por la única razón de que un familiar de los dueños es Miguel Flores, jefe de la oficina del gobernador Samuel García.
Es verdad que Miguel Flores es uno de los más cercanos colaboradores del gobernador; es uno de los funcionarios más leales a Samuel García, es un servidor público joven y experimentado.
¿Eso hace culpable a su familia, Flores Serna, de ser perseguida por el PRIAN?
¿Eso vuelve a una familia completa ser víctima de acoso por el gobierno de San Nicolás?
La política como guerra sucia. La política como instrumento de venganza. La política como antipolítica. Si la política no sirve para servir, sino como instrumento de venganza, ¿para qué sirve la política?
El alcalde de San Nicolás no para ahí los ataques. Luego se atrinchera, valiéndose de más de 150 policías municipales. Sembrando una supuesta toma por parte del gobierno estatal de la policía nicolaíta que jamás sucedió.
Vean la ridícula contradicción en la que incurre Daniel Carrillo: declara que se protegerá “por la vía jurídica, pero también por la vía operativa”.
No entiende este novato del poder que si realmente por la vía jurídica hubiera elementos para tomar la policía de San Nicolas como ha sucedido con las policías de otros municipios, no hubiera tenido más opción que responder ilegalmente a balazos. ¿No entiende la dimensión violenta de su acción y su comentario?
¿Se hubiera resistido de verdad usando sus armas largas? ¿A qué magnitud hubiera llegado el incidente que él mismo provocó?
Fake news, falsas alarmas, desvío de fuerzas de seguridad (inclusive con grúas de la empresa Garaje y Talleres, proveedora del municipio) como parapeto de defensas.
La obviedad salta a la vista: el alcalde y sus secuaces inventaron esta falsa alarma como cortina de humo para fingirse víctimas. Ni él ni su banda merecen compasión, sino procesos legales.
La ley que ellos han torcido literalmente por sus pistolas, responderá con todo su peso contra tanto sinvergüenza.
Eso esperamos todos, además de frenar el catálogo de abusos y arbitrariedades del PRIAN.