El salario en México
Sección Editorial
- Por: Oscar Tamez
- 08 Diciembre 2025, 00:00
El salario mínimo en México aumenta en 2026 a $315.04 pesos diarios. Un logro para quienes trabajan un jornal por esa paga, pero la propuesta cuatroteña está acabando con los salarios profesionales y medios.
El beneficio es evidente para quienes permanezcan en sus empleos; sin embargo, el riesgo por desempleo y subempleo crece. Los empleos generados por las microempresas y los particulares están en riesgo de congelarse o reducirse.
Un empleado que gane el mínimo obtendrá $9,451.20 pesos mensuales; en caso de superar ese monto, aunque sea por un par de centavos, lo más seguro es que deba pagar impuestos. Desde hace unos años, las tablas donde se exenta del pago de impuestos a los trabajadores dejaron de actualizarse y quedaron por debajo del salario mínimo vigente.
Si no se actualizan las tablas para exención de impuestos, tendremos que una persona que gane $9,500.00 pesos recibirá menor salario neto que alguien con el mínimo, pues deberá cubrir el proporcional de impuesto sobre producto trabajado.
¿Qué pasa con los demás salarios? El incremento al salario mínimo es sólo al mínimo, como diría Perogrullo. Los salarios medios por mano de obra calificada no incluida en la lista de salarios técnicos —que son muchos— no recibirán el incremento o, en su caso, el porcentaje de incremento es negociado con el empleador.
Los salarios de personal de oficinas, los profesionales técnicos y los sueldos profesionales deberán regirse por la oferta y la demanda con base al requerimiento del trabajo.
Los salarios medios serán comprimidos. Entre ellos se encuentran los salarios para profesionistas, oficios especializados o trabajos técnicos también especializados; conforme a la ley vigente, su costo salarial está por sobre el salario mínimo general, pero no se establece en la legislación qué porcentaje por arriba del mínimo.
La laguna jurídica favorece que estos salarios no necesariamente se incrementen en el mismo porcentaje que el mínimo, aplanándolos y disminuyendo el poder adquisitivo de las llamadas clases medias.
La forma en cómo se manejan los incrementos desde hace un lustro ha impulsado el crecimiento en los sectores de ingreso mínimo, pero lastima los ingresos medios.
Aquello de estudiar para superarse y obtener movilidad social quedó en el pasado, en los discursos setenteros. Con el mal llamado neoliberalismo, entre 1988 y 2018 el poder adquisitivo de todos los trabajadores se desplomó; la nivelación al mínimo es positiva, pero dejar fuera a las clases medias produce más pobres.
Falta saber si producirá pérdida de empleos semiformales o no formales. Los salarios de la construcción invariablemente tendrán incremento; con ello, el costo de la mano de obra y los productos utilizados se incrementarán. El consecuente es que las viviendas incrementan su costo y se paraliza la construcción.
También existe mucha construcción concebida desde “los arreglos”, “los parches”, “el cuartito” que en los hogares se hacen; con la carestía que se produce y ante la falta de ingresos en las familias para pagar los nuevos costos, muchas construcciones se paralizarán.
El trabajo doméstico, de jardinería, plomería y otros que dan servicio a quienes ganan salarios medios están en riesgo ante la incapacidad para que sus contratantes paguen los nuevos sueldos.
Bien por el aumento al salario mínimo, es lamentable el olvido para las clases medias. ¿Será estrategia para tener más pobres?
Los cuatroteños lejos de abatir, zanjan la brecha entre los muy ricos y los muy pobres. Los afectados son los más de 50 millones de clasemedieros quienes viven en la justa medianía.
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