Este 13 de mayo terminó su ciclo de vida el uruguayo José Mujica, también conocido como “Pepe” Mujica, un hombre que tuvo una vida llena de luchas. Participó como guerrillero en 1964, cuando se integró al Movimiento de Liberación Nacional.
Por esas actividades estuvo preso por espacio de 15 años. Más adelante, se incorporó a la actividad política: en las elecciones de 1994 fue electo diputado por Montevideo para la XLIV Legislatura. En 1999 fue elegido como senador.
Alcanzó el reconocimiento internacional al haber sido presidente de Uruguay de 2010 a 2015. Posteriormente, volvió a ser senador durante el periodo 2020-2025.
Hay más datos que se pueden consultar en los diferentes buscadores y en Wikipedia.
Desde mi perspectiva, me parece que fue un hombre de convicciones, que se adaptó y, sin renunciar a su ideología, logró conciliar ser un hombre de izquierda con un pensamiento que repudia el materialismo y la acumulación de riquezas materiales innecesarias para alcanzar la felicidad. Entre las cosas que admiro está el hecho de que donaba un porcentaje importante de su sueldo para apoyar a los pobres y a los emprendedores. A pesar de contar con el poder, este no se le subió a la cabeza: mantuvo su sencillez. El presidente del Vocho, de la casa sencilla, de la ropa como la de cualquiera, sin lujos, sin marcas ostentosas ni caras. Ese ejemplo de congruencia entre lo que dices y haces hizo que le guarde una admiración y respeto.
Le escuché algunas entrevistas donde hablaba de su forma de ser de izquierda y, al mismo tiempo, tolerar y respetar al capitalismo, con un razonamiento muy entendible. Expresaba que a la sociedad le conviene tener mayor capitalismo, para así poder quitar recursos vía impuestos para sostener los programas del Estado; algo así como “quitar a los ricos para dar a los pobres”. Mantenerse con lo suficiente, sin pasar hambres pero evitando los excesos, le dio una congruencia admirable, en la que creo que las verdaderas figuras líderes de la vida pública, en nuestro estado y en el país, deben inspirarse, motivarse e incluso copiar un modelo de vida así.
En la vida pública hemos visto a muchos cuyos discursos llevan mensajes como “primero los pobres”, que ofrecen su vida, que donan su sueldo como diputados, senadores e incluso gobernadores, y otros rollos así, pero que no perdonan los lujos ni las atenciones de menús muy sofisticados, aunque su origen sea garnachero. Decir que viven con 200 pesos en la cartera, pero luego la vida real de familia e hijos no concuerda con esa imagen de pobreza y austeridad franciscana. Vaya, luego los descubren sus propios gustos y aficiones, como los estudios en el extranjero y los lujos o aficiones que, obvio, no se podrían costear de ser cierto su discurso.
Después, uno se da cuenta del patrimonio que alcanzan algunas figuras, como el finado líder petrolero que, se suponía, tenía un sueldo de operador de camión cisterna, pero en su haber tenía aviones, barcos y múltiples propiedades. Al ser depuesto, y en lugar de que fuera a la cárcel, simplemente trascendió en el vox populi que sus activos fueron traspasados a sus persecutores informales y que, de esa manera, “negoció su libertad”. Así, de la misma manera, hay patrimonios inexplicables que se sabe poseen algunos de los que han tenido cargos en diferentes niveles de gobierno, con recursos suficientes como para varias generaciones sin necesidad de trabajar.
La verdad, tanto patrimonio no creo que los haga realmente felices, y más bien los pone en un estado más vulnerable, sobre todo a la hora de guardar o bancarizar esas inversiones. Más ahora, que el Departamento del Tesoro del vecino país busca la relación de los superpatrimonios y los cuentahabientes que son políticos mexicanos.
Regreso para advertir que el hombre feliz que sirvió a su país con una enorme congruencia y humildad tuvo trato con los más poderosos, y los vio de frente, a los ojos, como iguales. Ojalá aprendamos de este viejo presidente del Vocho, que para mí resulta un ejemplo.
Que en paz descanse.
X @luisgfortaleza
Instagram @luisgerardotrevinogarcia
Fb. Luis Gerardo Treviño García
Fb. Fortaleza Ciudadana compromiso por la seguridad
