Estadio Tigres, cortina de humo

Los políticos son buenos para prometer, pero malos para cumplir. Con tal de ganar el voto de los ciudadanos se comprometen a realizar grandes obras sin importarles la factibilidad de dichos proyectos. Juegan con los intereses y las necesidades de la gente, distrayendo su atención de los problemas más agobiantes como las crisis del agua, inseguridad y transporte público, para envolverla en proyectos faraónicos como es el caso del nuevo estadio de los Tigres, veámoslo a continuación. Como parte del nuevo Nuevo León, el jefe del Ejecutivo prometió en campaña construir un estadio de primer mundo para el equipo felino, con capacidad para 65,000 espectadores. Sus miles de aficionados recibieron con júbilo tal noticia y seguramente eso se tradujo en votos. Sin embargo, una vez que asume la gubernatura la promesa se fue diluyendo y fue hasta el 13 de enero de 2022 cuando se anuncia la construcción del referido inmueble. La edificación será de uso mixto porque contará con un hotel, centro comercial, oficinas, salones de clases y un campo en donde se disputarán juegos de futbol soccer, americano, entre otros eventos. Destacando que durante su construcción se generarán 2,000 empleos directos y a partir de 2025, cuando se supone estará terminado, 3,000 empleos directos. Lo anterior sólo quedó en declaraciones y no se lleva a cabo ninguna acción. El 22 de marzo se retoma el tema y se dice que el estadio estaba en proceso y que muy pronto se verían los avances: “yo creo que en este verano tiene que empezar a verse la infraestructura”. Sin embargo, concluyó el año sin avance alguno. El 1 de febrero, a más de un año de haberse anunciado el colosal proyecto, el que despacha en el palacio de cantera informó que solicitaría al Congreso del estado la cesión de un predio necesario para complementar la obra. Se trata de un terreno donde está ubicado el Estadio Nuevo León, dentro del Parque Niños Héroes del Instituto Estatal de Cultura Física y Deporte (Inde). Al respecto, señaló: “Estamos ya listos para mandar al Congreso el comodato del inmueble donde se va a alojar, para que podamos invertir $8,200 millones de pesos y lograr este gran proyecto”. Es importante advertir que dadas las recientes fricciones entre los poderes Legislativo y Ejecutivo no es de esperar que los diputados locales atiendan de inmediato la solicitud del gobernador. De todas maneras, éste ya les aventó el balón a los legisladores y si éstos no responden le servirá de excusa para justificar el atraso o cancelación de la obra. Por el momento, no hay un tiempo estimado para arrancar la obra, ya que todo dependerá de la agilidad de los permisos de construcción y el comodato. Se espera que el recinto deportivo inicie su construcción en este año y esté acabado para finales de 2025 o inicios de 2026. Aunque también se considera que, dado el avance del proyecto, es inviable se termine antes de 2027, cuando concluye la actual administración. Hay que decirlo con todas sus letras: el proyecto del nuevo estadio de los Tigres tiene el mismo avance que hace un año: nada. El gobernador tanto en campaña como en su primer año de gestión le quiere sacar provecho a la pasión futbolera de los nuevoleoneses y ahora que enfrenta severos problemas en materia de seguridad, educación, movilidad y abastecimiento de agua vuelve a tocar el tema del estadio para hacer una cortina de humo y distraer la atención de los temas torales. El nuevo estadio sólo existe en su boca y mente. ¿Por qué vende sueños a la maravillosa afición tigre? ¡No se vale! Un gobierno humanista interesado en el deporte, antes de hacer sinergía con el sector privado, primero fortalecería al Inde, así como a los deportistas amateurs y universitarios, pero como este gobierno está bajo el signo del Instagram únicamente le interesa anunciar obras faraónicas para impresionar a su audiencia. En conclusión, urge que el gobierno deje de distraerse en proyectos que no son prioritarios y se enfoque en la seguridad y el bienestar de lo único importante: la gente.