Opinión

Etiquetas blancas

Sección Editorial

  • Por: Javier Gutiérrez
  • 20 Noviembre 2023, 23:29

A pesar de saber que no podemos tapar el sol con un dedo, intentamos hacerlo por todos los medios.

Recuerdo que hace aproximadamente un par de años, el director de una empresa que estaba interesado en que le impartiera un curso a su personal, me invitó a tomar un café para explicarme, según dijo, el proyecto que tenía y en el que estaba interesado que yo participara.

Recuerdo que me citó en una cafetería céntrica y yo llegué puntual a la cita como suelo hacerlo, al llegar al lugar, me percaté que él ya había llegado y esperaba sentado en la zona de fumadores, a pesar de que yo no fumo y trato de evitar esas áreas, era evidente que en esta ocasión tendría que conversar en ese espacio.

Saludé a aquel hombre, me senté, pedí un café y le dije que estaba a las órdenes de lo que solicitara. 

En ese momento, mi acompañante, sacó de la bolsa de su camisa una cajetilla de cigarros nueva, enseguida la golpeó con una de sus manos contra la palma de la otra mano, acción clásica que hacen los fumadores para que el tabaco se compacte y deje un pequeño espacio de solo papel que facilita el encendido. 

Posteriormente, vio la cajetilla e hizo una mueca de desagrado y dijo: “Qué estrategia tan desagradable poner fotografías de los daños del cigarro en las cajetillas”, y al decir esto, colocó la caja de cigarros sobre la mesa y en ella se podía apreciar el pie amputado de una persona donde mostraba la herida sin cicatrizar de los dedos faltantes, comentando con una frase que el cigarro genera daños circulatorios.

Entonces el empresario hizo algo que me dejó muy asombrado, después de dejar la cajetilla en la mesa y, ya que le había retirado la cubierta de celofán, volvió a meter su mano en el bolso de su camisa, yo supuse que sacaría su encendedor para comenzar con su ritual de humo, pero no fue así.

En lugar de sacar el encendedor, sacó un rectángulo de papel pequeño, blanco y entonces lo sujetó con los dedos de su mano derecha y con los dedos de la mano izquierda le retiró una capa de papel que tenía al reverso, se trataba de una etiqueta adhesiva.

Entonces, tomó la cajetilla de cigarros, colocó la etiqueta sobre la imagen del pie amputado, ocultando por completo esa imagen y dijo: “¡Listo!, asunto arreglado”, y agregó: “No necesito que me estén recordando que el cigarro hace daño, eso ya lo sé”.

Y yo le dije solamente: “Eso es lo que clásicamente se conoce como tapar el sol con un dedo”, y aunque esta estrategia parece absurda e incluso increíble, es lo que muchas, pero muchas veces hacemos, cuando no queremos enfrentar las experiencias desagradables que llegan a nuestra vida y recurrimos a inútiles evasiones que sólo perpetuán el problema.

Muchas veces complicándolo más, pero insistimos en ponerle “etiquetas blancas” que oculten dicho problema o sufrimiento.

De tal manera que después de leer la historia de este empresario valdría la pena que reflexionemos sobre qué es lo que no queremos enfrentar en nuestra vida y sabemos que tenemos que hacerlo, recordando que las etiquetas, por más blancas que sean, nunca terminarán con el problema, si no nos involucramos directamente a resolverlo.

Hasta el siguiente momento presente.

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