Opinión

Gobiernos fallidos

Sección Editorial

  • Por: Adalberto Madero
  • 21 Febrero 2024, 00:16

Mientras en la entidad se intensifica la violencia, el desabasto de agua potable, la contaminación y el caos del transporte público, los políticos siguen ocupados y preocupados en jugar a las vencidas para ver quién se impone, desentendiéndose flagrantemente de su función de servir a la gente; veámoslo a continuación.

Estamos a menos de siete meses de que concluya el trienio de los alcaldes, diputados locales y de la mitad del sexenio de la gubernatura, siendo prudente preguntarnos: ¿qué han hecho? La respuesta es inobjetable: ¡Nada!

Son políticos que no saben hacer política, porque ésta es la virtud de negociar, consensuar y saber trabajar en equipo con los adversarios. Diputados, alcaldes y gobernador se han pasado toda su gestión tirándose hasta con la toalla, montando un circo donde abundan los insultos, las amenazas, el chantaje, el autoritarismo y una larga lista de presuntos actos de corrupción.

En lugar de usar las redes sociales para atender a la ciudadanía, gastan el presupuesto para subir historias para agredirse y exhibir su lenguaje florido. ¿Qué habremos hecho para merecer a estos merolicos?

Debido a su irresponsabilidad e ineptitud han judicializado la función pública, ya que al estar en conflicto constante ninguno de los poderes puede desempeñarse plenamente y a los alcaldes opositores se les cancelan los recursos para la seguridad y la obra social de sus municipios.

Esta ha sido la historia de estos gobiernos fallidos que viven en mundos paralelos, donde lo único que les interesa es imponer sus intereses y beneficiarse de los recursos públicos. Para ellos la gente de a pie no existe.

No tienen ni una pizca de voluntad para atender a los ciudadanos que viven el día a día con avenidas colapsadas, sin el suministro permanente del vital líquido, con un transporte público caro y obsoleto que obliga a que pierdan hasta cinco horas diarias, un medio ambiente tóxico que pone en riesgo su salud y una ola de inseguridad incontrolable.

La simulación, la mentira y la evasión de responsabilidades han sido las monedas de cambio de estos políticos que sueñan con seguir en el poder a través de sus familiares cercanos, como si todavía viviéramos en la época de los faraones.

Curioso que entre ellos mismos se ataquen diciendo que unos (los malos) son la vieja y otros (los buenos) la nueva política, como si la gente no pensara ni los viera como actúan. Para los ciudadanos todos son iguales: son los responsables de la ingobernabilidad que vive Nuevo León desde hace más de dos años.

Hay que decirlo claramente: con estos gobiernos la delincuencia puede dormir tranquila y la refinería contaminar sin reparo. La impunidad se ha generalizado en todos los ámbitos de la vida pública. Los ciudadanos estamos indefensos y no tenemos a quién recurrir. Esto no puede durar más tiempo.

Un gobierno humanista habría establecido desde el primer día un plan global para erradicar la inseguridad, la crisis hídrica y fortalecer los programas municipales, pero como este gobierno está bajo el signo de Instagram solamente anuncia obras fantásticas para convencer a su audiencia de que una marca de carro nos llevará al primer mundo.

En conclusión, urge que las autoridades aprovechen los meses que les quedan para dar un giro y resolver las necesidades de lo único que importa: la gente.

Compartir en: