Gracias, Francisco

Ayer publicaron la noticia que sabíamos que estaba cerca, pero, aún así, a muchos nos tomó por sorpresa: la muerte del Papa Francisco. Yo la leí muy temprano; eran las 5:30 a.m. y me desperté sin sueño. Fue entonces cuando me encontré con esta noticia. 

Sentí una combinación de emociones: por un lado, tristeza y, por otro, un profundo agradecimiento por toda la misión de un Papa fuera de serie.

Francisco no fue solo el primer Papa latinoamericano, sino el primero que nos habló en nuestro idioma, a nuestro nivel. Fue, sobre todo, un pastor con olor a oveja, como él mismo decía que debía ser un buen sacerdote: cercano, directo, sencillo. En sus palabras encontrábamos no sólo fe, sino sentido común, humanidad y mucha sabiduría para la vida cotidiana.

Pienso especialmente en cómo hablaba de las familias. Decía con claridad que la familia perfecta no existe, y que lo importante no era la ausencia de conflictos, sino el amor que sabe pedir perdón, agradecer y empezar de nuevo. “Permiso, gracias y perdón” eran, según él, las tres palabras mágicas para una buena convivencia familiar.

No tenía miedo de tocar temas actuales y hasta incómodos. Una vez dijo: “En la mesa, apaguen los celulares”. Hablaba del peligro de vivir conectados a una pantalla pero desconectados de las personas. Insistía en mirar a los ojos, escucharse, sentarse juntos a comer, valorar el tiempo compartido. Decía que, a veces, incluso los papás no miran a sus hijos porque están ocupados con el celular.

Con los jóvenes era apasionado. Durante la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, nos regaló una de sus frases más famosas: “¡Hagan lío!”. Les pidió salir a las calles, incomodarse, comprometerse. Les decía que no fueran “jóvenes de sofá”, sino protagonistas del cambio, del bien común, de una Iglesia viva. Y vaya que soy testigo de cómo muchos jóvenes han seguido este consejo. 

Y también nos enseñó a todos —padres, madres, educadores— que educar es acompañar, no imponer; que un buen padre sabe corregir con ternura, con firmeza y con amor; que el corazón de la crianza está en la presencia, no en la perfección.

Algo que me llamó la atención de las publicaciones e historias en redes sociales fue que la mayoría de las personas, al compartir una foto del Papa, escribían simplemente: “Gracias”. Leí mucha gratitud hacia un gran hombre, líder y humano.

Nos dejó mucho trabajo por hacer. Su misión sigue en nosotros: en cada esfuerzo por hacer un mundo más justo, más humilde y con más corazón. Sigamos saliendo al encuentro de los demás, en lo cotidiano, en lo sencillo, con los que tenemos cerca. Que el siguiente Papa continúe con valores tan humanos y esperanzadores como los de Francisco.

“El amor se construye con gestos concretos: con escucha, con cercanía, con servicio”. - Papa Fransisco
Gracias por leernos. Pueden escribirnos a nuestro correo marysol@marysolflores.com. Nos encantaría escuchar sus comentarios. 

Dra. Marysol Flores Martínez | Conferencista | Autora | Consultora | Doctora en Liderazgo y Desarrollo Humano | Maestría en Psicología Neuroeducativa | Catedrática del Tec de Monterrey | Podcast en YouTube: FamiliaViva | Fundadora de @familiaviva.mx