Ignorancia de la historia

Quienes desconocen su historia están condenados a repetir sus errores. Debemos asomarnos al pasado para comprender los cambios, los procesos y los personajes históricos que han influido en el desarrollo de la sociedad actual y así poder actuar en las transformaciones del futuro. De otra manera, todo lo que se ignora se desprecia o se manipula de acuerdo a intereses particulares dando como resultado una tergiversación del pasado. Ya había advertido Aristóteles: el sabio duda y reflexiona mientras que el ignorante afirma.Los políticos actuales encajan perfectamente en esta apreciación, sin una pizca de conocimiento histórico se atreven a evaluar categóricamente hechos que sólo ocurrieron en su imaginación con lo que se evidencia la poca importancia que le dan a la historia de Nuevo León y su falta de respeto a quienes se desempeñaron honorablemente en el servicio público. Esto viene a colación por un desafortunado comentario que hizo el jefe del Ejecutivo estatal, quien cada vez que opina del pasado demuestra que lo desconoce, veámoslo a continuación.La semana pasada, al defender a su secretario General de Gobierno del juicio político que está enfrentando en el Poder Legislativo ofendió la imagen pública de quienes con anterioridad han desempeñado éste cargo. Así expresó su vituperio: “Ahora tenemos un secretario de Gobierno ejemplar porque hemos tenido puros malandrines…”. Esta irresponsable y calumniosa aseveración no puede pasar de largo, porque en el desempeño de esta función han desfilado personas honorables que trabajaron afanosamente por el bien común de la entidad.Para dimensionar la gravedad del adjetivo utilizado por el gobernador señalemos algunos significados de la palabra “malandrín”. Proviene del italiano malandrino, que refiere a un salteador de caminos. El diccionario de la Real Academia de la Lengua considera con este término a las personas malvadas, rateras, bandidas, perversas o malintencionadas. Otros diccionarios agregan: villano, pillo, bribón; por si esto no fuera suficiente, su antónimo es: honrado y bueno.Es reprobable que el gobernante con la más alta investidura se exprese con tanto ensañamiento de las personas que han ocupado el cargo de secretario General de Gobierno. En este puesto han sobresalido funcionarios que desarrollaron una larga y fructífera carrera política, desde diplomáticos y fundadores de instituciones hasta jurisconsultos. Algunos personajes que desempeñaron esta alta responsabilidad fueron: José Benítez Martínez, Pablo Quiroga Treviño, Ángel Santos Cervantes, Alfredo Garza Ríos, Napoleón Cantú Cerna, José Luis Coindreau García, Javier Treviño Cantú, entre otros; así como gobernadores electos de la talla de Arturo B. de la Garza y Eduardo Livas Villarreal, por señalar algunos. Daré una breve pincelada de tres personajes para demostrar la grave equivocación del que despacha en el palacio de cantera.1. José Benítez Martínez (1891-1954) fue diplomático en Austria-Hungría, Guatemala, Perú entre otros países, secretario de gobierno de Aarón Sáenz Garza cuando éste fue gobernador de Nuevo León y jefe del departamento del Distrito Federal.2. Pablo Quiroga Treviño (1903-1987) trabajó como escribiente, juez menor letrado, agente del Ministerio Público federal, oficial mayor, secretario General de Gobierno con José Benítez y Francisco A. Cárdenas, gobernador sustituto, magistrado y presidente del Tribunal Superior de Justicia, diputado federal, primer jefe de la caja regional del IMSS en Nuevo León y presidente del Colegio de Notarios de la entidad.3. Napoleón Cantú Cerna (1936-2019) se desempeñó en el despacho Santos-Elizondo-Cantú-Rivera-González-De la Garza, secretario particular de Bonifacio Salinas Leal cuando fue gobernador de Baja California Sur, jefe jurídico del municipio de Monterrey, en dos ocasiones fue secretario General de Gobierno, procurador de la entidad, diputado local y federal.Un gobierno humanista le daría su lugar a la historia preservando los acervos y promoviendo la investigación y la difusión del acontecer de Nuevo León, pero como este gobierno está bajo el signo del Instagram desconoce la trascendencia del pasado y por medio de las redes sociales quiere darnos su versión “histórica”.En conclusión, requerimos servidores públicos que conozcan nuestras raíces para que sustenten el rumbo actual para el beneficio de lo único importante: la gente.