Opinión

La bugambilia y la moringa: Cuando alguien te sostiene, creces más alto

Sección Editorial

  • Por: Marysol Flores
  • 26 Noviembre 2025, 00:00

Hacía tiempo que quería contarte sobre dos amigas que viven en el jardín de nuestra casa, que es tu casa. Son una moringa y una bugambilia. El hecho es que a ambas las plantamos desde que eran una frágil ramita. Lo increíble de esta historia es que han crecido sin límite. Si no me crees, pregúntale a mi hermano que, el viernes pasado, cuando pasó por mi casa, me dijo: “¿Cómo es que creció tanto esa bugambilia?”. Y yo le respondí: “La moringa la hizo fuerte, le enseñó que no había límites”. Y él me dijo: “Wow, esa ignorancia de no conocer límites y que alguien crea en ti”. 

Hasta me puse a investigar cuánto podría llegar a crecer una bugambilia y encontré que, cuando crece sola, llega alcanza cierta altura: 1.5 o 3 metros si está en maceta. Pero cuando tiene dónde apoyarse, puede trepar y llegar hasta 15 metros. Estas dos amigas en mi jardín son más altas que mi casa de dos pisos. Siguen creciendo juntas; han pasado lluvias, heladas y calores intensos. A la moringa se le han caído ramas grandes, y ahí siguen: siempre juntas, siempre creciendo.

Esto me hizo pensar en varias teorías y psicólogos, como la psicóloga Carol Dweck, quien desarrolló el concepto de “mentalidad de crecimiento”, en el que asegura que solo el hecho de tener la capacidad de creer que podemos crecer, cambiar o mejorar, es ya un predictor de éxito. Pero, para que esto suceda, alguien más tuvo que creer en ti antes.

Es como el concepto del “efecto Pigmalión”, que se refiere a las expectativas que otras personas tienen sobre ti. Pueden ser positivas o negativas, y eso también predice un efecto en el desarrollo de habilidades de la otra persona. Así pasa con nosotros: con el apoyo correcto, descubrimos alturas que jamás imaginamos.

Barbara Fredrickson, psicóloga, autora y creadora de la Teoría Ampliar y Construir, demuestra que las relaciones positivas expanden tus recursos emocionales y cognitivos, te hacen más creativo y te permiten crecer más allá de tus límites percibidos. Justo como la bugambilia: con apoyo crece más alto, más fuerte y más bella.

Antes de despedirme, te dejo de regalo una recomendación de Frederickson en su libro Love 2.0, en el que invita a encontrar la felicidad y el bienestar en micromomentos de conexión con los demás. A estos momentos ella les llama “resonancia positiva”. Son instantes que tienen efectos muy potentes en la salud mental y física. Y pueden ser tan sencillos y breves como un abrazo, una palabra, una mirada, una palmada. 

Pienso en la bugambilia y la moringa, y en cuántos de estos momentos puedo imaginar que han tenido. Pienso que han compartido la brisa de la mañana, los atardeceres con los cantos de los pájaros, la fresca lluvia… Estos y muchos más micromomentos de positividad creo que las han hecho crecer de una forma desmedida. Y es que el amor no tiene límites.

Además, soy testigo de que se han vuelto el hogar perfecto para recibir a todo tipo de invitados: abejas, abejorros, caracoles, urracas, palomas, tordos y muchos más que no he logrado ver. Esto quiere decir que el amor y la felicidad se expanden, se comparten.

Hoy te invito a que, así como la historia de estas amigas, la bugambilia y la moringa, pensemos quiénes son aquellas personas que nos hacen crecer, con quienes podemos experimentar esa resonancia positiva, esos micromomentos de amor que nos hacen crecer sin límites ni miedos. Y así, también pensemos para quién soy yo esa persona que sostiene y ayuda a crecer.

Porque a veces basta que alguien crea en nosotros… para que aprendamos a tocar el cielo.

Gracias por leerme.

Dra. Marysol Flores Martínez
TedX Speaker · Autora · Consultora · Familióloga
Dra. en Liderazgo y Desarrollo Humano
Maestría en Psicología Neuroeducativa
Maestra de cátedra del Tec de Monterrey
Fundadora de @familiaviva.mx

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