Opinión

La hora de la copa

Sección Editorial

  • Por: Felipe de Jesús Cantú
  • 07 Noviembre 2022, 20:00

En el torneo de fútbol más importante del mundo hay un estira y afloja por la prohibición de consumir alcohol en el país anfitrión, Catar (Qatar en la nomenclatura de la ONU) y la presión por parte de los patrocinadores del fútbol alrededor del mundo se ha dejado sentir sobre la FIFA como organizadora y sobre el gobierno de ese país.¿A qué hora es bueno tomar una copa? Hay quienes dicen que la hora de la inauguración del horario de beber son las 12:00 del mediodía y también otros dicen que “en alguna parte del mundo ya pasan de las 12:00”, por tanto es la hora socialmente permitida para hacerlo.Desde el año 4000 antes de Cristo ya se consumía cerveza y casi 1,000 años después apareció uno de sus rivales, el vino. Ambas bebidas han acompañado el desarrollo de la humanidad y es una de las representaciones más frecuentes de celebración, que es usada lo mismo en bodas que velorios, nacimientos y bautizos, ceremonias religiosas e inauguraciones de negocios.Esa figura, reconocida mundialmente como detonador de alegrías sociales y familiares, ha sentado las bases de todas las épocas y ha sido también una de las más criticadas por quienes le achacan los males de cada época.El verdadero bien o mal no está en el consumo de las bebidas alcohólicas, sino en la cultura de las personas que las ingerimos y con ésta, la responsabilidad con la que asumimos la posibilidad de acceder a ellas y sus consecuencias.Una de las más célebres prohibiciones en el mundo, se dio en Estados Unidos entre 1920 y 1933 y tuvo como consecuencia, entre otras muchas, que produjo las más fuertes mafias criminales en ese país. Pero lo que no logró fue frenar el consumo de “las escoltas de la humanidad”. Su fracaso fue tan alto como el incremento del gasto de sus gobiernos locales y federales para intentar frenar el tráfico de alcohol.Hacer las cosas a escondidas es algo que hacen los más audaces y los más audaces se encuentran entre los que se atreven a delinquir para ganar dinero a costa de otros y de la ley.Las prohibiciones siguen en la era moderna y en Monterrey metropolitano no es la excepción. Se prohíbe la venta de bebidas alcohólicas cuando hay elecciones y también se imponen horarios a los depósitos, supermercados, restaurantes, antros y cantinas bajo el argumento de, este… ya ni sabemos por cuál argumento.Se ha vuelto más una costumbre que una medida con propósitos de orden y respeto social.En el origen de las restricciones se hablaba de que el “San Lunes” afectaba la producción de la industria regiomontana porque los trabajadores llegaban borrachos, crudos o simplemente no llegaban, y que los domingos eran un día familiar en el que se deberían evitar los consumos excesivos. ¡Que contraste! ¿No? Como si los martes o los jueves no fueran familiares.Los horarios ya son poca contención para quien quiere tomar alcohol. Cada interesado puede comprar y compra sus bebidas en el lugar que siempre hay en el que te venden fuera de horario. Igualmente cuando la fiesta se termina por el horario en un municipio, el tomador festivo se dirige a otro antro en un municipio más permisivo.Las autoridades municipales de modo paternalista andan “ayudando” a los negocios a cerrar y sirven de excusa para que el dueño del antro invite a los parroquianos a salir y evite pagar horas extras a sus empleados. Gastan, esos gobiernos, más dinero en nóminas de inspectores que deben andar a deshoras buscando la falla y, muchas veces, provocando la popular corruptela llamada mordida.El horario hace que, en el momento de cierre, todos los que hayan consumido alcohol en exceso salgan al mismo tiempo a la calle, con lo que incrementan los riesgos para ellos y para los que ya se dirigen a trabajar desde temprano.La semana pasada se especuló que el gobierno de Monterrey ampliaría el horario de la venta de bebidas alcohólicas y se armó la discusión sobre si eso era bueno o malo. La verdad es que el horario de ley seca diaria o de fin de semana fracasará siempre ante la idea histórica que acompaña a la humanidad de que las bebidas son para celebrar y para esto, nunca falta una excusa.En tu casa y en la mía, probablemente no falte el vino, la cerveza o el licor, pero la verdadera prueba no es tener o conseguir el producto. Más bien el tema de fondo es nuestra responsabilidad al ingerirlo y en la forma en que esa cultura es transmitida a nuestros menores.Para pensarlo. La encuesta nacional de consumo de drogas, alcohol y tabaco 2016-2017 de la Secretaría de Salud nos muestra que el 41% de los hombres y 38% de las mujeres en edades de 12 a 17 años han consumido alcohol. Y para que esto ocurra hay artistas, cantantes, anuncios y los propios padres de familia para confirmar que es “algo normal” eso de la tomada.Por eso aplica el refrán popular que dice: Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre. Porque no podemos delegarle al gobierno la responsabilidad del ejemplo ni de la educación de nuestros menores porque es totalmente nuestra.Los horarios son una excusa de muchos para no cumplir con la responsabilidad paterna y, claro, para quejarse del gobierno en turno por las cosas que pasan en nuestras familias. Por más que nos guste “delegar para arriba”, nos toca poner algo de ejemplo.

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