Luis_Pazos_1x1jpg_4a0564133f
Opinión

Ricos productivos y ricos parásitos

Hablando en Plata

Durante muchos siglos, mediante el robo, el pillaje, las invasiones y las guerras, algunos arrebataban violentamente los bienes a quienes los habían producido o los convertían en esclavos. Esos métodos fueron el principal origen de la riqueza.

Los generales romanos regresaban de sus campañas con carretadas de bienes robados a otros pueblos. Los repartían entre la corte, los legisladores y la muchedumbre. Algunos de ellos se convertían en emperadores.

La mayoría de los ricos en esos tiempos eran los gobernantes y los cortesanos, quienes recibían tierras, esclavos o concesiones para explotar minas o rutas por parte de reyes y emperadores, que se consideraban dueños originarios de todas las tierras, del aire, los mares y los ríos, y hasta de los habitantes de sus reinos.

Durante siglos, la brecha de riqueza real entre gobernantes ricos y ciudadanos pobres fue más alta que la que actualmente existe entre empresarios y sus trabajadores en los llamados países capitalistas.

El crecimiento económico, que implica la creación coordinada y cotidiana de riqueza —y no el despojo a unos para darles a otros—, se inicia en el siglo XVII en los Países Bajos, con la garantía legal de la propiedad, y en Inglaterra a partir del siglo XVIII, con las innovaciones tecnológicas durante la Revolución Industrial.

La riqueza de los que llamamos ricos productivos emana de empresas que producen bienes y servicios y que otorgan mejores salarios —en relación con los existentes— a sus trabajadores. En algunos países esa riqueza es confiscada por gobernantes parásitos y sus socios, quienes, mediante expropiaciones y altos impuestos, y con la finalidad teórica de transmitirla a los pobres, se enriquecen escudados en "una justa distribución de la riqueza".

Esos ricos parásitos fundamentan sus políticas económicas en teorías expuestas por académicos que, con estadísticas, modelos matemáticos y cifras, muestran que unos pocos reciben mucho y muchos reciben poco. Hablan de una mala distribución de la riqueza por el mercado y plantean la necesidad de redistribuirla vía el Estado.

más del autor

Impuestos sin bien común: ¿robo legal?

Durante siglos, reyes y emperadores no dieron ninguna explicación a su...

La ruta impopular contra la pobreza

Los caminos para reducir la pobreza no son populares, pues le reducen poder a...

Emigración y nivel de vida

Un fenómeno social que nos muestra dónde existen mejores expectativas de...

Causas y efectos de un país que se aplaude a sí mismo

En el mundo socioeconómico, todo tiene una causa y un efecto.

Haciendo...

últimas opiniones

El tercero pesante: lo que está sin estar

En Gestalt se habla del tercero pesante para nombrar aquello que, sin estar...

A Morena, Nuevo León: ¿más vale prevenir que lamentar al elegir candidato a gobernador?

El emperador Vespaciano tuvo la cruel ocurrencia de cobrarle a los romanos el...

No ahorrar: la herida invisible de la baja autoestima

Decimos que no ahorramos porque “no alcanza”, pero muchas veces esa es...

2026: Año del T-MEC

El 2026 no será un año más para México y Nuevo León. Será, sin...

×