1. La “Palabra del Año de Oxford” comenzó a publicarse en 2004, y se obtiene de una recopilación que llega a sus archivos, la cual, a la fecha, cuenta con 30,000 millones de palabras recopiladas de fuentes noticiosas provenientes de todo el mundo anglófono. La iniciativa pretende identificar palabras nuevas o emergentes que tengan alguna relevancia social y cultural, respaldadas por datos. Los expertos de esa institución elaboran una lista corta y luego invitan al público a opinar. En el 2013, la ganadora fue selfie, post-truth (posverdad) en el 2016,…
2. … en el 2018 toxic y vax (una abreviación de vacuna) en el 2021. Este año, la expresión vencedora fue rage bait, textualmente “cebo de ira”. Se ha definido el concepto como contenido en línea diseñado con la intención deliberada de provocar ira o indignación —siendo frustrante, provocativo u ofensivo— y, según los datos de Oxford, la frecuencia del término se triplicó en los últimos 12 meses. Estamos ante la provocación que busca, a través de la molestia y el enfado de quien la lee, llamar su atención, táctica cada vez más común en redes sociales para…
3. … generar reacciones, vistas, clics o interacción. Asistimos a una trasnformación significativa de la cultura digital, pues si antes las estrategias de publicidad buscaban generar curiosidad o interés, ahora se pretende provocar emociones negativas para asegurar comentarios y conexiones. Con rage bait se le da continuidad a la locución triunfadora el año pasado: brain rot, que denunciaba la podredumbre mental derivada del consumo excesivo de contenido trivial. Ya no se trata de demasiada información, sino de manipulación emocional para captar la atención.
4. Creo que rage bait ganó este concurso no solo porque se ha vuelto muy común, de manera cuantitativa, sino que expresa la cultura predominante en casi todo el mundo, con las siguientes características: indignación generalizada, polarización, mentiras cada vez más aceptadas, fabricación de la verdad y, en definitiva, negación consciente de la realidad. Me parece que el espacio social en donde más ha florecido esta práctica es el de la actividad política, marcada por una confrontación sin precedentes y con una preocupante aceptación de la ciudadanía.
5. ¿Por qué llaman tanto la atención Donal Trump, Nicolás Maduro, Javier Milei o el video desde Palenque? ¿Porque desbordan serenidad y mesura, llamados a la conciliación y a la tranquilidad? ¿O más bien sus desplantes, descalificaciones y amenazas logran atrapar el interés de quienes vemos el celular o las noticias en la tele? La belicosidad de tales personajes, sus antagonismos rijosos, no solo les ha permitido establecer agendas nacionales y fuera de sus países, sino que también les facilitó ganar elecciones y mantener altos índices de popularidad.
6. Yo disfruto de un texto, una serie de televisión, una película, la final de la Champions o de Wimbledon, una escultura o pintura de Leonardo da Vinci, El Lago de los Cisnes, porque llaman mi atención gracias a su belleza, su armonía, la cadencia de una narración o la intensidad con la que disputan los deportistas un trofeo. Pero que me provoquen con gritos y ofensas consigue lo contrario de lo que se pretende. Más allá de su metodología, el referido estudio de Oxford indica que queremos regresar a la época de las cavernas, en donde sobrevivía el más violento.
7. Cierre icónico. La Inteligencia Artificial (IA) sigue invadiendo terrenos que, en apariencia, no son lo suyo. En solo dos años, jueces de todo el mundo han detectado 590 casos en los que se presentaron demandas con citas jurídicas creadas por algoritmos. Una conocida firma de perfumes ofrece, a cambio de $100 dólares, una conversación con chatbot que te convencerá de qué fragancia preferir. Pero, así como las querellas judiciales promovidas por la IA tenían errores de protocolo, así también es muy difícil que puedas oler un programa de software.
