La nueva 'arma de doble filo' de Estados Unidos en la guerra económico-comercial
Inteligencia Financiera Global
Si bien las últimas noticias informan que se suspendió temporalmente el fallo del Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos contra los aranceles globales del presidente Donald Trump, existen otras preocupaciones aún más importantes.
El banco alemán de inversiones Deutsche Bank (DB) está centrando su atención en un elemento que considera de mayor trascendencia: la Sección 899 del proyecto de ley actualmente en discusión en el Senado estadounidense.
Según el equipo de política de Deutsche Bank, liderado por George Saravelos, la potencial aprobación de la Sección 899 podría representar el cambio más significativo en el tratamiento fiscal del capital extranjero en Estados Unidos desde la Ley de Reducción del Déficit de 1984 y la Ley de Impuestos para Inversores Extranjeros de 1966. La interpretación de DB sugiere que esta legislación otorgaría a la administración estadounidense la capacidad de transformar una guerra comercial en una guerra de capitales, un escenario particularmente relevante tras la mencionada limitación judicial a la política arancelaria del presidente.
Saravelos destaca varios puntos cruciales sobre esta nueva legislación. En primer lugar, la considera una potencial "armamentización" de los mercados de capitales estadounidenses. La Sección 899 desafía la naturaleza abierta de estos mercados al utilizar explícitamente la tributación sobre las tenencias extranjeras de activos estadounidenses como una herramienta para promover los objetivos económicos del país. Los paralelismos con las disputas comerciales de los últimos meses son evidentes, ya que temas como la fiscalidad de los servicios digitales, presentes en la actual guerra comercial, también se contemplan en esta legislación.
En segundo lugar, el umbral para la activación de estas medidas parece ser relativamente bajo. El análisis preliminar de Deutsche Bank sugiere que la mayoría de los países desarrollados podrían quedar dentro del alcance de esta nueva tributación. La activación se desencadenaría mediante la publicación, por parte del secretario del Tesoro, de una lista de "países discriminatorios", aunque este punto aún presenta incertidumbre.
Un tercer aspecto crítico señalado por DB es el potencial impacto negativo en el "déficit gemelo" de Estados Unidos (fiscal y de cuenta corriente). La legislación permitiría gravar la renta de origen estadounidense obtenida por extranjeros a una tasa del 20% bajo ciertas condiciones. Particularmente notable es la suspensión de la excepción para gobiernos extranjeros implementada bajo la administración Reagan, que eximía a las tenencias de bonos del Tesoro estadounidense, por parte de bancos centrales. En términos prácticos, esto implicaría una reducción de facto de casi 100 puntos básicos en el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense. Las consecuencias adversas para la demanda de estos bonos y para la financiación del déficit gemelo, en un momento en que más se necesita, son claras.
Aunque algunos podrían argumentar que ciertas exenciones dentro de la legislación limitarían su impacto final, Deutsche Bank sostiene que la introducción de una mayor incertidumbre y complejidad en los rendimientos del capital estadounidense socava el atractivo de las entradas de dólares, en un momento en que este ya se encuentra en tela de juicio.
Es importante que esta potencial nueva legislación ya sea un tema de conversación entre grandes inversores institucionales. No sería descartable que el mercado concluyera que, si el presidente se ve limitado en el uso de la política comercial, la imposición fiscal al capital extranjero podría convertirse en un nuevo medio de presión.
En el contexto de estas consideraciones, el dólar estadounidense ha revertido por completo las ganancias obtenidas tras las noticias sobre los aranceles. Desde la perspectiva de Saravelos, el mercado ha trascendido los detalles del shock comercial para centrarse en la cuestión más amplia de la asignación de activos en dólares.
De hecho, si la Sección 899 se convierte en ley, es probable que amplíe las preocupaciones sobre una reconsideración estructural de estas asignaciones de activos. Esta situación podría persistir hasta que la debilidad del dólar obligue a los principales socios comerciales a incurrir en una agresiva devaluación de sus propias monedas, desencadenando una carrera global hacia el abismo cambiario, similar a lo observado durante gran parte de la década posterior a la crisis de Lehman Brothers.
