3_EB_0_FD_4_BF_92_D983805_E14_E_7_C0_0f6ba7d394
Opinión

Las pequeñas decisiones que definen tu felicidad

Familia Viva

Todos los días tomamos decisiones. La mayoría no son tan importantes ni de vida o muerte, quizá ni siquiera las pienses, pero sí resultan determinantes en algo mucho más cotidiano: nuestro estado de ánimo. Decidimos si nos levantamos de buenas o de malas, si respondemos con paciencia o con enojo, si damos importancia a lo que alguien nos dijo o si preferimos dejarlo pasar. Son elecciones pequeñas, aparentemente insignificantes, pero que, al repetirse día tras día, van manejando nuestra forma de sentirnos y de actuar.

Hace poco empecé a leer —o más bien a escuchar, porque lo estoy disfrutando en audiolibro— el nuevo libro de la autora y motivadora Mel Robbins, que se titula Let Them o en español Déjalos ser. Aunque todavía no lo termino, hay ideas que ya me hicieron mucho sentido y que quiero compartir contigo, porque pueden marcar una diferencia real en la forma en que enfrentamos la vida.

Robbins habla del poder que tenemos cada uno sobre nuestra propia mente y sobre nuestra felicidad. En concreto, del poder que muchas veces entregamos a otras personas sin darnos cuenta. Cada vez que permitimos que la opinión, el juicio o el comentario de alguien más pese más que nuestro propio criterio, les estamos regalando un poder que, en realidad, nos pertenece. La fórmula va así: cada vez que te enganches o algo te haga reaccionar, piensa Déjalos ser o permíteles que lo hagan. Y la segunda parte de la teoría es lo que tú vas a hacer al respecto; a esto le llama Let me, es decir, Déjame o Permíteme a mí hacerlo.

En esta parte tomamos responsabilidad de lo que sí podemos hacer nosotros. Robbins nos da buenas ideas para asumir esta iniciativa: hazlo tú primero, da cumplidos o reconoce en los demás cosas positivas, sé curioso, pregunta e indaga en la vida del otro, saluda, sonríe. Y, por último, una de mis favoritas: no tener expectativas. Muchas veces estamos luchando internamente para que otros cumplan con aquellas expectativas o ideas que tenemos sobre ellos. Imagina ahora cómo se sienten ellos: puede ser tu hijo, tu esposo o tu hermana. Robbins invita a tomar distancia, a mirar la situación desde fuera y a elegir con consciencia: ¿vale la pena cargar con esto?, ¿quiero invertir mi energía en esto?

Lo interesante es que este ejercicio no se queda en la teoría. Justo ayer lo vi reflejado en mi propia casa, con mis hijas. Fue su primer día de clases. A ambas les tocó un salón distinto al de sus mejores amigas. La primera, al salir, venía desanimada, convencida de que sería un ciclo escolar aburrido, que no le gustaba el salón y que no había nada que esperar. La segunda, en la misma circunstancia, tenía una visión completamente opuesta: estaba contenta, ilusionada, segura de que iba a ser un buen año porque, aunque no tenía a sus mejores amigas cerca, podría hacer nuevas.

Me sorprendió la diferencia de actitudes. Mismo hecho, dos interpretaciones distintas. La experiencia de cada una estaba definida no por lo que sucedió afuera, sino por la decisión interna de cómo interpretarlo. Una eligió verlo con frustración; la otra, con optimismo. Y me di cuenta de que eso no solo les pasa a los niños y adolescentes: nos pasa a todos, a cualquier edad.

Claro que no es fácil. Requiere entrenar la mente para no reaccionar de manera automática. Pero es posible, y la buena noticia es que se trata de decisiones pequeñas, al alcance de todos. Robbins insiste en que ese “poder de elegir” es una herramienta que siempre está con nosotros. No podemos controlar lo que los demás hacen, dicen o piensan, pero sí cómo respondemos. Y en esa respuesta está la clave de nuestra paz y de nuestra felicidad.

Por eso, hoy quiero invitarte a observarte a lo largo del día. Cada vez que sientas que algo externo empieza a arrastrar tu ánimo, haz una pausa. Pregúntate: ¿quiero engancharme con esto? ¿Quiero que esta situación marque el rumbo de mi día? O, por el contrario, ¿puedo dejarlo pasar, soltar y elegir una interpretación más ligera?

Así como podemos hacer el día de cuadritos, también podemos traer a nuestra vida momentos de paz y de armonía. Y todo empieza en el poder de aquellas pequeñas decisiones que tomamos: esos pensamientos que nos llevan a elegir cierta actitud ante la vida. Al final, lo que define nuestra vida no son las circunstancias externas, sino la manera en que decidimos vivirlas. Y ese poder, nos recuerda Mel Robbins, está únicamente en nosotros.

Dra. Marysol Flores Martínez
TedX Speaker · Autora · Consultora · Familióloga
Dra. en Liderazgo y Desarrollo Humano
Maestría en Psicología Neuroeducativa
Maestra de cátedra del Tec de Monterrey
Fundadora de @familiaviva.mx

más del autor

Adolescentes, Alcohol y Familia

Esta semana leí en el periódico que desmantelaron una fiesta privada con...

La bugambilia y la moringa: Cuando alguien te sostiene, creces más alto

Hacía tiempo que quería contarte sobre dos amigas que viven en el jardín...

¿Qué aprendemos los papás en una competencia de baile?

Este fin de semana viajamos a San Antonio, Texas, para acompañar a nuestras...

¿Cuánto cuesta tu pinito de Navidad?

Justo antes, saqué mi pinito y lo desempolvé. Es el mismo pinito que me...

últimas opiniones

¿Y si quitamos la autonomía de la Fiscalía General de la República y la de Nuevo León?

Frente al desastre que dejó Alejandro Gertz Manero, habría que preguntarse...

¿Hasta cuándo? La Tolerancia de la ZMM ante el aire tóxico y sus secuelas en la salud

Hace algunos días, el periódico británico The Guardian y Quinto Elemento...

La caída silenciosa de las remesas: ¿y ahora quién sostiene a México?

Durante años, las remesas fueron el “petróleo emocional” de México: un...

Oxford y la palabra del año

1. La “Palabra del Año de Oxford” comenzó a publicarse en 2004, y se...

×