Dícese que el liderazgo es un conjunto de habilidades que sirven para conducir y acompañar a un grupo de personas. Se dice que un buen líder no sólo es capaz de influir en su grupo, sino también de proporcionar ideas innovadoras y motivar a cada participante a sacar lo mejor de sí. Bajo este precepto, es de reconocer que, en el tránsito de estos tiempos tan convulsos y, a la vez, de aparente calma en el andar del tiempo electoral, el futuro próximo en estos menesteres está a la vuelta de la esquina. Por ello, resulta importante comenzar a observar y analizar con mayor atención la conducta, la sensibilidad, las capacidades, los aciertos, los logros, el cumplimiento de las promesas y, por otro lado también, los descalabros, desaciertos, desencantos y fracasos de los líderes que conducen nuestras comunidades.
En la gran carpa del teatro político de la entidad, han comenzado a registrarse cambios, movimientos, enroques y “destapes” de cierto nivel, con miras a posicionar en el escenario y ofrecer mayor exposición frente al electorado a algunas piezas cercanas, útiles y amigables, que lo necesitan para inventarse mediáticamente un liderazgo, con la intención de preservar el poder que, de forma legítima —eso sí, pero a la vez ingenua también—, les fue otorgado en el tiempo electoral pasado.
Identificar a los verdaderos líderes —los naturales, los auténticos, los sensibles— y lograr diferenciarlos de aquellos oportunistas, rémoras y peones metidos a la política en búsqueda de preservar el poder para acabar demostrando, con sobrados pero indeseados méritos, que no pueden con el poder, es tarea indispensable para el ciudadano que ha pretendido encontrar, elección tras elección y de la mano con sus autoridades, un mejor futuro para su entorno inmediato y para sus comunidades.
Por ello, luego de haber dejado de sesionar en 2023 por pugnas políticas, entusiasma grandemente a la sociedad metropolitana la reactivación, la semana pasada, de la Mesa de Coordinación Metropolitana, en la que los munícipes pactaron enfrentar juntos los retos de seguridad, movilidad y contaminación, Y es ahí donde llama la atención —y donde hay que observar— que Andrés Mijes, alcalde de Escobedo, encabece nuevamente al grupo de alcaldes metropolitanos, quienes lo han reconocido como su líder.
Y no es de extrañarse, pues, a diferencia de algunos, Mijes no es un improvisado: es un político instruido, letrado, de carrera, que ha dado resultados y ha demostrado ser un profesional en su desempeño. A la vez, se ha mostrado humanista y sensiblemente receptivo a las necesidades propias de su comunidad, con la que platica y para la que trabaja, para echar a andar proyectos y resolver problemas sin distingo de colores, sin grilla ni pleitos, porque sabe que la política es el arte de lo posible.
Y es que, más que competir, para este líder nato estos son momentos de trabajar, y lo hace bajo la inspiración del modelo político de su creación: la 4TNorteña, que es la fusión del nuevo humanismo mexicano de AMLO y de CSP con el capitalismo social de Eugenio Garza Sada y los empresarios fundadores, cuidando la economía para impulsar la inversión, la seguridad y, con el crecimiento que ello genera, empujar la política social y los apoyos a las familias y jóvenes.
Para Mijes, existen cinco grandes enemigos en la entidad: la inseguridad y la erosión de valores; la falta de oportunidades y la desigualdad; la mala movilidad y las deficiencias del transporte; la contaminación y la desatención al medioambiente, y el tema del agua. En su óptica, todos estos pueden resolverse con un enfoque de mano derecha productiva y mano izquierda social, sin tintes partidistas.
Atender toda esa problemática con su forma de trabajar es el pragmatismo con visión social que Mijes propone para la Zona Metropolitana, una propuesta que le llena el ojo a los empresarios, comunidades y sociedades que, dicho sea de paso, les da confianza a los otros alcaldes metropolitanos que han reconocido en Andrés Mijes su visión, su entusiasmo, su acertado trabajo y su incuestionable liderazgo.
Por hoy es todo. Medite lo que le platico, estimado lector, esperando que el de hoy sea un reflexivo inicio de semana. Por favor, cuídese y ame a los suyos. Me despido honrando la memoria de mi querido hermano Joel Sampayo Climaco, con sus hermosas palabras: “Tengan la bondad de ser felices”. Nos leemos, Dios mediante, aquí el próximo lunes.
