Estos niños y jóvenes asisten a actividades extraacadémicas provenientes de varias escuelas secundarias oficiales aledañas a los tres centros de atención, que a saber son: Monterrey, San Nicolás y Escobedo, Nuevo León.
Aproximadamente se aplica a 2,500 niños de primero de secundaria un examen de habilidades académicas en su primera etapa; de éstos, solo el 20% es seleccionado para pasar a una segunda fase, consistente en un examen de inteligencia abstracta. Luego entonces, la criba sigue y logran colarse quienes poseen un rango de inteligencia superior y muy superior; al final, son selectos alrededor del 5% del total original.
En fin, se constituye un equipo de brillantes alumnos que formarán el equipo a acompañar durante 10 años. Este tramo de vida incluye hasta el “college” o Universidad.
Dicho acompañamiento, dirección, guía o forma de maduración concluye con los estudios de licenciatura, que pueden ser aquí en México o en el extranjero. ¡Órale! De hecho, ya existen generaciones de egresados de este tipo de alumnado “privilegiado” en su capacidad intelectual y dirigidos por maestros expertos en su materia.
Los niños pulen, mejoran y especializan su alta inteligencia por maestros expertos que los asisten, guían y conducen a diario. Estos estudiantes, que “se la rifan bien y bonito” una vez que concluyen sus actividades escolares en escuelas públicas, reciben cátedra especializada en Español, Matemáticas, Ciencias e Inglés; además, pueden asistir los sábados a actividades tecnológicas o cocurriculares. Los grupos son de un máximo de 25 alumnos, cumpliendo con las normas internacionales pedagógicas de calidad educativa.
Pero esto no es todo. Los jóvenes que concluyen este nivel educativo y aspiran ingresar a la prepa Alfa participan automáticamente están jugando una “sana competencia interna”. Así es, en efecto. El comité de selección y evaluación efectúa un rigoroso método selectivo, y quienes sí consiguen ingresar a este nivel medio superior “de excelencia” lo hacen porque obtuvieron resultados de alto rango académico superior al promedio.
Es toda una carrera de competición y selección natural en la que Darwin tenía toda la razón. Su horario es de tiempo completo, esto para enriquecer sus habilidades y poder tener éxito en la Universidad y en su vida en general.
Muy bien, ¿y el costo? Cien por ciento gratuito en secundaria y preparatoria. Y si el estudiante obtiene las cartas credenciales académicas suficientes para ingresar a la universidad, en México o en el extranjero, podría recibir — en la mayoría de los casos— una beca del 90%, según informes de los responsables de cada centro académico.
Al tenor de esta brillante Fundación, se antoja preguntar: ¿por qué solo a los empresarios se les ocurre estas ideas estupendas en pro de impulsar a cientos de niños y jóvenes con altos estándares académicos y de liderazgo social y tecnológico?
Si bien es cierto, la Secretaría de Educación Estatal tiene un programa llamado “Programa de Currículo Avanzado”, en el que participan los niños de la escuela secundaria con altos promedios, los estudiantes son atendidos por maestros de la “secu” y supervisados por empleados de la propia Secretaría.
La verdad de las cosas es que dicho proyecto, comparado con el de la Fundación, SE QUEDA MUY CORTO Y MUY LEJOS DE LAS EXPECTATIVAS OFRECIDAS POR LA ÉSTA. Porque, de entrada, éstos reciben a la 1:00 p.m. a los alumnos de secundaria y les proporcionan alimentos sanos, nutritivos y completos; conjugan “el hambre de aprender” con “las enormes ganas de enseñar”. Sus clases inician a las 2:20 p.m. y concluyen a las 5:50 p.m. de lunes a viernes. Aquí sí, como en Finlandia, no encargan tarea alguna: todas las actividades se desarrollan y terminan en clase. Los maestros son los más calificados y experimentados en cada materia y, además, su salario es jugoso y competitivo. “Pos” así, ¿cómo le haces?
En este sentido, ¿habrá algún político que le entre al tema educativo con un proyecto que pueda competir con el de Fundación Alfa? ¿O quizá haya un alcalde valiente que encabece una pretensión similar? Digo, hacemos los cuestionamientos dadas las perspectivas políticas de algunos de ellos, pues quieren ser gobernadores en 2027. Ahí tenemos a los de Monterrey, San Nicolás, Escobedo y, muy probablemente, al de Guadalupe.
Desde este espacio felicitamos a la Fundación que auspicia este proyecto ya con resultados óptimos y exitosos. Asimismo, hacemos lo propio para los padres de familia de estos niños y jóvenes, porque si ellos son de excelencia, es porque también sus papás lo son.
La verdad como es, se tenía que decir y se dijo. Hasta la próxima.