Opinión

Los masones en la política

Sección Editorial

  • Por: Óscar Tamez
  • 30 Enero 2023, 20:00

Luego de ver una nota en Detona.com donde se exhibe la imagen de un masón ostentando distintivos y una gorra con la escuadra y compás, elementos identificativos de la masonería, en mi calidad de cronista e historiador de la Gran Logia de Nuevo León y secretario general del consejo de crónica e historia de las grandes logias de México, comparto:La masonería simbólica como institución pública tal cual la asociamos en el presente surge en 1717 y desde ese momento aparecen las fracturas internas que provocan los diversos ritos conocidos.En México han cohabitado al menos cuatro ritos: el escocés, yorkino, nacional mexicano y escocés de antiguos y aceptados masones. Todos vinculados en el Siglo XIX a la política mexicana.La masonería como institución es ajena a la política cívica y a la participación religiosa, por lo que sus integrantes pueden militar en cualquier partido y profesar cualquier religión.De tal suerte que dentro de la masonería pueden vivir en fraternidad católicos, evangelistas, mormones, y más, excepto los ateos o quienes se declaren contrarios a creer en Dios, a quienes los masones llaman Arquitecto del Universo en un sentido de universalidad de creencias, con lo cual se evitan confrontaciones por ese motivo.Lo mismo sucede con la política, hay masones politizados y otros ajenos a este oficio, pero al interior de la masonería no se permite la politización partidista.Es frecuente que entre sus miembros porten objetos alegóricos a su membresía, lo mismo un pin, que anillo o corbata, pero ello debe quedar en los círculos cercanos a la masonería, saber cuándo y dónde portarles, como sucede con distintivos de otras instituciones.Los primeros masones arriban al país a fines del Siglo XVIII, como institución se establece en México desde la segunda década delSsiglo XIX, se consolida como masonería entre 1825 y 1827. Desde sus orígenes estuvo ligada a la política, lo mismo en el país que en otras naciones.Su presencia en el poder llevó a rivalizar con las iglesias, principalmente la católica, al grado que le estigmatizan como agrupación de herejes, impíos, satánicos y más adjetivaciones, nada de ello, para ser miembro se exige creer en Dios.La masonería como institución no participa en la política mexicana desde finales del Siglo XIX, aunque no se puede decir lo mismo de los masones, muchos de ellos politizados y activos de la política.Fue Porfirio Díaz el gobernante quien unificó diferentes ritos y mediante ellos intentó tener el control de la política nacional. Logró parcialmente su propósito porque siendo una institución filosófica y con compromiso social, depende de cada agrupación e individuo determinar si se profundiza en el terreno filosófico o en el social.Como en toda institución hay excesos, aquellos que sacan la masonería de la vida privada a exhibicionismos públicos innecesarios, mucho de ello deriva de los mitos que envuelven a la institución, mitos construidos por diferendos políticos.Portar muchos “adornos” con símbolos masónicos no hace más ni mejor masón al portador; por el contrario, transmite con frecuencia algo de su prestigio o desprestigio a la institución.Que algunos masones se declaren partidistas de una corriente política no implica que la masonería participe en la politización electoral que vive el país… El sistema político mexicano surge con la masonería, sin ésta no se pueden entender los encontronazos ideológicos del Siglo XIX, incluso, en las primeras décadas del Siglo XX, su influencia estuvo presente en los políticos, más no como institución. ¡Es cuanto! 

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