Me llegó el video de los cinco jóvenes secuestrados en Lagos de Moreno, Jalisco: Roberto, Uriel, Dante, Diego y Jaime.
Vi el video y lo denuncié por su violencia extrema en la red de Internet donde apareció.
No formaré parte del coro de distorsionados mentales que se encargue de difundir esta clase de horrores, desmesurados e inhumanos, por morbo o por una “indignación” que consciente o inconscientemente se traduce en promoción espantosa del crimen organizado.
Todos somos víctimas. ¿Cómo saldremos de este horror?
Mi solidaridad con los padres y madres de estos jóvenes aún en situación de desaparecidos.
Decía Martin Luther King: “La paz no es sólo la ausencia de violencia; es, ante todo, la presencia de la justicia”.
El paradigma de la justicia en México debe cambiar. Y ese cambio no significa volver al pasado.
¿Por qué lo digo?
Porque el Frente Amplio por México acaba de nombrar a Francisco Javier Cabeza de Vaca, exgobernador de Tamaulipas, como su coordinador de seguridad.
Es una incongruencia que se entregue esa posición a García Cabeza de Vaca antes de que aclare sus acusaciones de presunto lavado de dinero, asociación delictuosa y defraudación fiscal, cuyos primeros indicios presuntamente fueron dados a conocer en investigaciones provenientes de EUA.
En estos casos, el PRI, sobre todo el que encabeza Beatriz Paredes, debe de alzar la voz, así sea en contra de su socio en la alianza: el PAN.
