Opinión

Los obispos y el INE

Sección Editorial

  • Por: Francisco Gómez Hinojosa
  • 02 Noviembre 2022, 20:00

1. Calificado por algunos comentaristas como un hecho insólito, el Consejo de Presidencia de la Conferencia de Episcopado Mexicano acaba de publicar el Mensaje al Pueblo de México sobre la Iniciativa de una Reforma Constitucional en Materia Electoral. Y les resulta extraño a quienes consideran que la tarea de las agrupaciones religiosas debe ceñirse a lo espiritual, dejando de lado cualquier implicación terrena. Como en las elecciones, la clásica consigna “Dar al César lo que es del César”, vuelve a aparecer en los críticos de estas intervenciones.2. Igualmente desusada pareció la reacción del Presidente de la República en la “mañanera” sucesiva al anuncio del documento, el pasado 31 de octubre. En vez de reaccionar con la frecuente belicosidad que lo caracteriza, bromeó al recordar la famosa frase de Bora Milutinovic: “yo respeto”, que repetía hasta el cansancio, cuando quería evadir alguna pregunta incómoda. ¿Estamos ante un cambio radical en la actitud del primer mandatario, quien dejará atrás por fin la rijosidad y permanente confrontación que le caracterizan? ¿También los clérigos se vuelven más terrenales?3. Conviene recordar que el reciente llamado episcopal se inscribe en una larga lista de pronunciamientos sobre cuestiones políticas. Sólo anoto que, desde 1968, los obispos mexicanos han ofrecido ¡116! comunicaciones y notas en torno a temas como justicia, paz, violencia, trabajo, salarios, elecciones, etc. No surge, entonces, una posición inusual, y tanto en ámbitos federales como estatales y municipales, los curas son amenazados cuando se atreven a bajar de los altares para inmiscuirse en cuestiones callejeras.4. De la misma manera, no es la primera vez que desde Palacio Nacional se responde con tranquilidad a una crítica. Pero todo obedece a una estrategia político-comunicativa. La declaración de los jerarcas católicos no causa rabia porque se considera, desde el poder inmenso del que ahora disfruta quien dirige la agenda nacional con sus apariciones diarias, que aún la firme frase episcopal “la propuesta es claramente regresiva”, no impactará de manera decisiva en el Congreso, que a fin de cuentas es el que decidirá si se modifica o no la Constitución.5. El presidente sabe que aunque la Iglesia católica escriba y predique en contra de la propuesta de reforma; y si también empresarios y académicos se suman a esa protesta; y no obstante los reclamos de la oposición y las opiniones de organismos internacionales, lo que en realidad le preocupa al partido en el poder es que su ahora amigo, el PRI, no vote en favor de esa sugerencia. Por más voces contrarias que surjan, si el otrora poderoso institucional se alinea, el blindaje de Morena para las próximas elecciones quedará consumado.6. No desconcierte, entonces, lo sucedido en esta controversia que no prosperó. Ni los obispos levantan las armas de la crítica por vez primera, asumiendo el compromiso de recordarnos la dimensión social de la fe, ni el presidente se ha vuelto conciliador y modera sus ímpetus. Ambos están y estarán en lo suyo. El Episcopado Mexicano, fiel a su misión profética, continuará alzando la voz cuando perciban alguna injusticia; desde el púlpito mañanero, a su vez, se seguirá denostando a los opositores, si tal cosa conviene a los intereses electorales en turno.7. Cierre icónico. “Somos políticos”, fue la respuesta del secretario de Gobernación ante la pregunta por las diferencias que ha tenido con Samuel García, al que se refirió, no sé si de manera cariñosa o despectiva, con diminutivo. Tales disensos le permitieron al precandidato a la presidencia llamar hipócrita al gobernador. “Somos políticos”, respondió a los reporteros que le cuestionaban esa grosera actitud. Qué pena. Ahora resulta que “ser político” significa insultar y abrazar, afirmar y desdecirse, ofender y no disculparse. Lamentable.papacomeister@gmail.com

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