Los peores platillos

¿En realidad existen platillos malos?

Justo antes de sentarme a escribir esta columna, me topé con una publicación de una respetable organización, mencionando los que, según TasteAtlas, son los peores diez platillos de la comida mexicana. Ya en varias ocasiones había visto las publicaciones de la sedicente enciclopedia de sabores del mundo. 

Me llevó un buen rato entenderle, pero por lo que recopilé, consolidan opiniones de diversas fuentes como críticos, publicaciones, y no sé si hasta dejen hacer algo de crowdsourcing. 

Para no divagar tanto, entre los supuestos peores platos de nuestra cocina se encuentran algunos que son parte integral de la gastronomía mexicana. Imagínense ustedes que en el número 8 nos pusieron a la ensalada de nopalitos. 

Los otros nueve platillos, del décimo al primero son: Menudo, jamoncillo, romeritos, capirotada, jumiles, chinicuiles, tortas de la barda, charales y chongos zamoranos. 

Aunque no esté de acuerdo, entiendo perfectamente que se hayan colado en la lista un par de los deliciosos insectos que consumimos. Lo que sí me sorprendió, es que otros platillos de insectos no sólo no hayan aparecido en la lista, sino que estén significativamente mejor calificados que los anteriores. 

El mejor calificado, son los chapulines, que incluso le ganaron a los deliciosos escamoles. Las muy cotizadas hormigas chicatanas, ni siquiera tienen calificación en la página. 

Ojalá que a ustedes varios de los platillos también les hayan hecho ruido. O me van a decir que les parece bien que uno de los platillos muy socorridos tras las fiestas, como es el menudo, haya sido clasificado como el “menos peor” de los peores.

Quizás por ser un platillo a base de órganos, el menudo no es tan popular. Otros platillos internacionales realizados con el mismo estómago de la vaca, aparecen con calificaciones bastante diferentes.

La versión florentina, por ejemplo, aparece aún peor calificado que el menudo, mientras que la española, tiene una calificación muy superior. La preparación realizada en una de las capitales de la gastronomía, Lyon, ni siquiera aparece en la lista. Por su parte, el famoso haggis, comparte calificación con los callos a la madrileña. 

No veo en realidad ningún platillo en esa lista que considere el peor de nuestra cocina. Yo sé que me han leído quejarme de los romeritos, pero esa queja era sólo por la novateada que me llevé al prepararlos y no por su sabor. 

Recientemente vi en una tienda que los venden listos para cocinar, así que podría reintentarlos. Conozco algunos que podrían decir que la capirotada sí debería estar ahí, pero yo nunca he tenido problema con ella y que incluso he probado unas buenísimas. Jamoncillos y chongos, me encantan y los charales, recién hechos valen la pena. De las tortas si se las debo, tengo que ir a probarlas.