Termina la temporada para los equipos regiomontanos: Tigres y Rayados han sido eliminados.
Y entre los elementos de prensa que cubren a las instituciones, más allá de siempre querer que sus fuentes lleguen hasta las últimas instancias, existe ese alivio mezclado con algo de resignación, que las desveladas van a aminorar, que las coberturas en fin de semana van a terminar por lo menos durante algunas semanas, y podrán dedicar un poco de tiempo a sus asuntos familiares y/o personales.
Pero… ¡oh, sorpresa!
A varios se les ha olvidado que cubren justamente a Tigres y Rayados, a dos instituciones en las que, desde hace algunos años, siempre sucede algo, en las que no puede existir reposo.
Un leve parpadeo, puede significar el adiós de la exclusiva, el que se escape la información y que la competencia gane la nota, jactándose posteriormente con frases trilladas y llenas de vanidad, pero fundamentadas con la verdad, como lo es: “Tal y como se los adelanté”, esto sólo por mencionar una de muchas, pero que -si ocupo tiempo y líneas en citarlas- difícilmente alcanzarían los minutos y el espacio.
Así son las cosas en el futbol en esta ciudad, el equipo es eliminado, pero se queda sin técnico, inicia la búsqueda del sucesor y, simultáneo a esto, los refuerzos: quién llega, quién se va, cuándo aterriza en el aeropuerto, y de pronto las mejoras en uno u otro estadio.
Y que no se nos olvidé el lado femenil, en donde en ocasiones -ante la ausencia de noticias varonil, que son las menos pero también sucede- surgen las damas con noticias, rumores, estufa… ¡una locura total esta ciudad!
Pero claro, ese ‘problema’ tiene nombre y apellido, se llama: GRANDEZA.
Por más que a muchos afuera de la Sultana del Norte no lo quieran aceptar, los clubes auriazul y albiazul rosan ya en lo grande, en la importancia que sólo las instituciones de cierto nivel pueden despertar, y es así como cualquier cosa que suceda en Tigres o en Rayados se vuelve noticia.
Ahora bien, aclarar que para nada es queja, sólo es realizar una crónica de lo que, en esta bella profesión del periodismo deportivo, suele provocar el futbol local, pocos días libres, fines de semana de trabajo, muchas desveladas, cero vacaciones, pero eso sí, mucha e inigualable pasión.
‘Problemas’ de grandeza, situación que tenemos que aprender a sobrellevar quienes cubrimos a los equipos de San Nicolás y de Guadalupe; si fueran chicos, los descansos serían mucho más extensos, pero como hace muchos ayeres dejaron eso kilómetros atrás, hay que conformarse con llegar a casa, dormir, y despertar para comenzar una nueva aventura y una nueva cobertura… ¡AUNQUE ARDA!
