Opinión

Menos es más

Sección Editorial

  • Por: Roberto Navarro
  • 30 Noviembre 2022, 20:00

Hace unos años, en un congreso tuve oportunidad de coincidir con Elizabeth Falkner. La chef, que en aquellos años tenía un negocio centrado en pastelería de nombre Citizen Cake, también es conocida por su estilo algo irreverente, aunque de una técnica muy depurada.En su recetario, la chef describe varias creaciones de distintos tipos pasando claro por pasteles y postres emplatados. En uno de ellos, particularmente de un postre emplatado basado en la tarta tatin, invita a sus lectores a medirse con uno de los componentes.Las recetas de postre emplatado difieren de las de otros postres como los pasteles, en que en ocasiones la preparación nos rinde más de lo que necesitaremos para preparar el número indicado de porciones, porque la preparación no se puede hacer en menores cantidades. Por esto, la chef consideró pertinente la advertencia: Modérense.De manera similar, la chef Regina Charboneau, escribió alguna vez una oda a la moderación, a través de una descripción de la música de Miles Davis y su comparación con algunos platillos. En su artículo, la chef menciona que moderarse es una de las habilidades más difíciles de aprender para los cocineros.Justo en estos días, recibí una cajita de alfajores de una marca que ya traía en el radar. No los había probado por pura desidia ya que la marca no se encuentra en nuestra ciudad, pero tampoco tan lejos, están en Saltillo. Cuando finalmente abrí la cajita, lo primero que se me vino a la mente fue que traían poco dulce de leche. Ya cuando los probé, mi primer pensamiento se borró inmediatamente. El alfajor estaba buenísimo. La galleta tenía una textura con la suficiente friabilidad para no oponer tanta resistencia a la mordida, pero sin ser de esas que se desbaratan a la primera mordida. El dulce de leche se sentía presente, sin llegar a ser excesivo y empalagoso.El azúcar glass y el coco complementaban de manera maravillosa la confección. Vaya, estaba tan bueno el dichoso alfajor, que me dejó pensando en escribir esta columna.Cuántas veces hemos visto alfajores regordetes de dulce de leche, claro, uno como gordo consumado piensa que seguramente estará bueno. Pero no siempre son fáciles de consumir porque pierden su forma fácilmente, o sinceramente, termina uno saturado del sabor del dulce de leche.Es muy fácil caer en los excesos, como los panes de muerto que son casi más relleno que pan. Ya alguna vez les comenté que en una prueba de varios, pude observar que realmente el rellenarlos de tanta Nutella, escondía o compensaba el hecho de que el pan estaba algo seco.De igual manera, es muy fácil entregarnos a la gordura de los excesos, pero no es hasta que podemos probar algo elaborado con elegancia y moderación, que podemos apreciar el verdadero potencial de un alimento.

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