Tuvieron que pasar más de 34 años para que la ciudad cuente con metro hasta el aeropuerto. Este lunes se empezó a construir la estación de la Línea 6, que conectará —junto con la Línea 4— a Monterrey, Guadalupe, San Nicolás, Apodaca y Escobedo con la Terminal A de nuestro aeropuerto.
Este es un hito dentro de una obra que ya es un hito por sí misma. Juntas, las Líneas 4 y 6 formarán el primer monorriel de México y el más grande del continente.
Inevitablemente, una obra como ésta suscita recuerdos del pasado, cuando un 25 de abril pero de 1991 se inauguró la Línea 1 de Metrorrey. El paralelismo entre la Línea 1 y la Línea 6 es innegable: dos proezas de la ingeniería civil hechas por manos neoleonesas. Sin embargo, el deterioro que ha sufrido la Línea 1 a lo largo de los años no es señal del paso del tiempo, sino del abandono de gobiernos que priorizaron la construcción de calles y puentes por encima de un transporte público eficiente.
Vagones que operaban desde la inauguración, estaciones con años sin recibir mantenimiento y columnas con problemas estructurales eran solo algunas de las condiciones en las que más de 155,000 personas se movían a diario en la Línea 1.
Por supuesto que hay que construir nuevas líneas del metro que conecten aún mejor nuestra ciudad, pero también debemos asegurarnos de mantener lo que ya tenemos —y lo que ya funciona— a la altura de las necesidades de Nuevo León.
Por eso, como parte del Presupuesto 2025, aprobamos que continuara la inversión del Estado en la renovación de la Línea 1. Gracias a esto, han llegado diez nuevos trenes con clima, internet, cámaras de seguridad y conexión al C5, de los 22 que reemplazarán los trenes viejos, descuidados y sin clima que actualmente tiene la línea.
Se han integrado alrededor de 400 nuevos Transmetros para enlazar nuestra ciudad con las líneas del metro. A diferencia de los antiguos, estas nuevas unidades son eléctricas y de bajas emisiones, ayudando a mejorar la calidad de nuestro aire. Además, se está ampliando la Estación Talleres para darle la capacidad de recibir a miles de usuarios en la terminal y construir un centro de transferencia para los nuevos Transmetros eléctricos.
No podemos esperar que el Estado resuelva por sí solo cuatro décadas de negligencia en materia de movilidad. Nuestro deber, como municipios y como Legislativo, es facilitar las medidas que hagan de nuestro transporte público un servicio digno y seguro; un transporte público a la altura de nuestros estudiantes, trabajadores y familias. Un transporte público para que a Nuevo León le vaya bien.
