La participación de estos vehículos en hechos violentos no es nueva, pero no se ha atendido debidamente, y el resultado está a la vista de todos. Hace varios años, cuando participaba semanalmente en las reuniones con los titulares de seguridad del estado y municipios —a las que asistían las fuerzas federales—, estas se realizaban en el recinto de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal. Era durante las administraciones encabezadas por militares con grado de General (Antúnez y González). Mi participación era como dirigente de un organismo de la sociedad civil. De hecho, solo asistíamos dos civiles: el presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Publica, Lic. Alberto Fernández Martínez, y este servidor, como presidente de Vertebra N.L.
Nuestra participación consistía en recoger las opiniones, quejas y sugerencias de la ciudadanía, y presentarles ante la mesa integrada por los titulares de las corporaciones de los tres niveles de gobierno, tanto preventivas como investigadoras; incluso hasta migración participaba. En aquellos días, propuse que toda motocicleta que llevara a dos pasajeros, y cuyos ocupantes fueran sin casco, fuera detenida por las autoridades de policía preventiva para revisión, toda vez que teníamos reportes de personas que estaban usando estos vehículos —viajando dos ocupantes, descubiertos, es decir, sin casco, y en ocasiones portando armas—. Se acordó implementar operativos, aunque no se aplicaron con todo el rigor. Pocos días después, un vehículo con esas características ultimó a un elemento de Fuerza Civil que se encontraba franco en su domicilio.
En la siguiente reunión, insistí en que se tuviera más rigor, pues no nos sobraban elementos y no se podía bajar la guardia de esa manera. Desde aquellos días a la fecha, se han seguido presentando una serie de eventos delictivos donde se utilizan motos para la comisión de delitos: algunas veces robos, asaltos, y en otras, lesiones y homicidios. Desde entonces, venimos proponiendo y sugiriendo que se tenga un mejor control de estos vehículos ligeros, ya que muchos circulan sin placa y la identificación vehicular metálica es muy pequeña para que las cámaras de videovigilancia la alcancen a detectar.
Nuestra propuesta ha sido, además de meter orden y control de quién es el propietario y usuario, que se use un chaleco con el número de placa y de licencia, lo cual permita saber quién conduce y se identifique inmediatamente. Esto será muy útil en temas de seguridad y prevención de delitos como en caso de que exista un percance vial, permitiendo identificar al conductor.
Ayer, en la Ciudad de México, hubo un evento trágico que cegó la vida de dos personas muy cercanas a la jefa de Gobierno de la gran ciudad —quien, para todos los efectos y correctamente dimensionado, es igual a la gobernadora de la ciudad—, su particular y un asesor. No se trata de cualquier evento propio de la inseguridad común ni la derivación de otro tipo. No fue producto de forcejeo o riña; se trató de un ataque certero.
De acuerdo a lo que se puede apreciar en los videos, la persona que ejecutó las acciones de disparo de arma de fuego lo hizo directamente contra las dos personas, en diferentes lados, lo que no deja ninguna duda de que el objetivo del pistolero era matarlas a ambas. Luego huyó del lugar en una motocicleta, en compañía de otro. Al usar casco, no se le ve el rostro. Estamos ciertos de que las autoridades en la CDMX cuentan con un C5 y monitoreo permanente, por lo que, de acuerdo con lo que se ha hecho público, siguieron el vehículo, lo encontraron abandonado, y es muy probable que, siguiendo las cámaras, en poco tiempo den con los responsables y los pongan a disposición de la autoridad investigadora, y posteriormente del órgano jurisdiccional de control.
Lamentamos todos estos hechos violentos, también que se haya dejado pasar tiempo valioso, lo cual permitió que creciera la delincuencia sin consecuencias, premiando con abrazos y complicidades a los violentadores a lo largo y ancho del país.
Tardaremos en volver a una paz plena, pues no solo se han permitido conductas antisociales, sino que también se ha dinamitado los sistemas de procuración y administración de justicia, así como los órganos anticorrupción.
¿Pensaste en el nombre de alguien como responsable? Yo también.
En Nuevo León ya se están tomando medidas de control para el registro de placas y conductores de las motos. Eso está bien. Falta agregar los chalecos con la placa.
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