Opinión

Niñas, niños y jóvenes hacen historia

Sección Editorial

  • Por: Oscar Tamez
  • 29 Julio 2025, 00:51

El programa “La Historia a Debate”, implementado en conjunto por 3 Museos —en especial el Museo de Historia Mexicana— y el Centro de Estudios Políticos y de Historia Presente, A.C., celebró el 23 de julio el primer evento: “La Historia a Debate: la niñez también hace historia”.

Un ejercicio innovador, único, sin experiencias previas, cuyo formato convocó a cinco menores para ser panelistas del primer debate, donde niñas, niños y jóvenes fueron los actores principales.

Lizania Ramírez González, Lilian Abigail Lara Guerrero, Zahara Ramírez González y Lidia Priscila Jacinto Rugerio fueron las cuatro panelistas, acompañadas por el panelista Daniel Rodríguez Montes. Juntos debatieron sobre la importancia de la historia en sus vidas, la forma en que aprenden y los conceptos fundamentales de esta disciplina.

El menor de los panelistas, con 7 años, y la mayor de ellas, con 17, respondieron tanto a las preguntas del moderador como a las planteadas por el público presente.

¿Por qué poner a debatir a los menores sobre temas de Historia? Porque se debe acabar con el estigma de que, en la escuela, los menores aprenden historia como parte de un programa académico rígido, cuando en realidad es una de las áreas del conocimiento que puede trabajarse desde un aprendizaje lúdico y significativo, cuyos contenidos propicien la reflexión y el análisis de los sucesos junto a sus personajes.

Cada panelista respondió, según su propio concepto, ¿Qué es la Historia? ¿Para qué es útil en la vida?, y más. Con sus respuestas, arrancaron aplausos y expresiones de admiración entre los adultos y menores asistentes.

Dos momentos motivaron a la reflexión: el primero, cuando explicaron la forma en que han aprendido la historia y cómo, en algunos casos, este conocimiento se convierte en un listado de nombres y fechas, en un espacio sin mayores motivaciones. Esto contrastó con sus recuerdos de cómo los abuelos les cuentan sus anécdotas y los mantienen embelesados con sus historias de vida.

Otro momento destacable fue cuando Lidia Priscila convocó a los historiadores a ser menos formales y rígidos, y más empáticos y cercanos al vocabulario de los menores y demás adultos al momento de impartir sus charlas y conferencias. Como ella refirió: “Acudo con regularidad a eventos de historia, pero usan términos y palabras poco atractivas para el público asistente”.

Entre el público, una madre de familia, acompañada de su hijo menor, reconoció que, entre las y el panelista, la lectura de contenidos literarios y las narraciones orales formaban parte de lo que disfrutan. Comentó que, en su natal Alemania, la historia se trabaja en compañía de narraciones literarias, lo que hace más atractivo el aprendizaje.

Este ejercicio, donde las y los menores son los protagonistas, es inédito, sobre todo por el formato en el que el público asistente, de forma abierta y sin conocimiento previo de las preguntas, cuestiona a los participantes. Esto implica un grado de complejidad mayor, pues no sólo representa expresar los conocimientos, sino también saber reflexionar las preguntas planteadas y emitir una opinión.

La Historia a Debate es un ciclo de paneles en formato de debate, donde los panelistas exponen en unos minutos sus ideas sobre el tema en cuestión y, posteriormente, responden las preguntas planteadas por el público, quien abandona la pasividad del asistente para convertirse en actor mediante sus cuestionamientos. 

Con casi cinco años de experiencia, el programa se ha consolidado entre quienes acuden a un encuentro mensual entre especialistas y asistentes.

Por primera vez, los menores demuestran que niñas, niños y jóvenes también saben, hacen y comprenden la historia.

Compartir en: