En los últimos años, Nuevo León ha dado pasos enormes en defensa del medio ambiente. Basta con recordar que, hace cuatro años, no existía una Secretaría de Medio Ambiente, una Agencia para la Calidad del Aire ni una Agencia de Energías Renovables, para ver que se ha marcado un antes y un después en materia ambiental. Además, fue el primer gobierno en elevar los derechos ambientales de los neoleoneses a rango constitucional y en reforestar el estado con la meta de plantar un millón de árboles, de los cuales llevamos más de 600,000.
Pero hay que aceptar que estas acciones iban tarde. Durante demasiado tiempo se permitió que empresas y criminales dañaran nuestros ecosistemas sin control y sin consecuencias. Con las recientes sequías históricas y la crisis de incendios provocados, el problema se volvió aún más grave. Se asentó una cultura de impunidad ambiental que, como gobierno, tenemos la obligación urgente de erradicar.
Hace unos días, el gobernador dio un paso decisivo hacia la justicia con la nueva División Ambiental: un organismo único en México, coordinado por la Secretaría de Medio Ambiente e integrado por 10 dependencias que trabajarán en total coordinación: Procuraduría Ambiental, nueva Fuerza Civil, Agencia de Calidad del Aire, Agencia de Energías Renovables, Parques y Vida Silvestre, Protección Civil, Instituto de Movilidad y Accesibilidad de Nuevo León, Agua y Drenaje de Monterrey, SIMEPRODE y LIMPIALEÓN.
Con su enfoque integral, la nueva División tendrá ojos en todo Nuevo León: diez brazos de acción con responsabilidades específicas, más de 1,000 elementos y 100 vehículos. Todo para vigilar nuestras áreas naturales, atender denuncias, investigar delitos ambientales o de maltrato animal y, lo más importante, llevar a los responsables ante la ley.
En Nuevo León, dañar el medio ambiente ya no es cosa menor. Delitos como tirar basura, provocar incendios, talar sin permiso o traficar fauna silvestre tendrán seguimiento y consecuencias ejemplares de hasta millones de pesos en multas y 15 años de cárcel.
Ya no basta con buenas intenciones. Se necesitan reglas claras, vigilancia constante y sanciones para lograr un cambio real. Como Coordinador de la Bancada Naranja, propuse iniciativas para aumentar las penas a quien provoque incendios, y como secretario de Gobierno, seguiré impulsando acciones para cerrarle la puerta a la impunidad.
Estoy convencido de que proteger el medio ambiente no es un lujo, sino una inversión en la salud, el progreso y el futuro de nuestro estado. Ahora, con la nueva División Ambiental, estamos marcando el inicio de un nuevo modelo de justicia, de CERO TOLERANCIA Y CERO IMPUNIDAD para quien dañe o contamine nuestro estado. Porque, en el nuevo Nuevo León, quien la hace, la paga.
