Opinión

Nutrición interior

Sección Editorial

  • Por: Javier Gutiérrez
  • 07 Noviembre 2022, 20:00

Hace un par de semanas regresé de un viaje grupal con contenido de meditaciones que organicé a lo largo y ancho de Egipto, durante las semanas que estuve en aquel contrastante país me pude dar cuenta de cómo millones de seres humanos pueden vivir en un entorno tan agreste como es el desierto gracias a un gran amigo: El río Nilo.Prácticamente la vida es posible gracias a este inmenso río, considerado como el más largo del mundo, y es totalmente evidente cómo la vida se desarrolla a sus orillas, donde se puede observar la vegetación a lo largo de sus bordes y un poco más lejos esta vegetación termina abruptamente para dar paso a kilómetros de arena cobriza y candente.Pues precisamente este recuerdo del caudaloso Nilo me hizo generar una analogía que quiero compartir en estos párrafos.Cuando nosotros estamos en el momento presente, nos estamos nutriendo de la vida, estamos sintonizados con la realidad, adquirimos la habilidad para atender cualquier experiencia que se esté desarrollando porque estamos atentos a ella.Pero en la medida que nos alejamos del aquí y el ahora, nuestra vida se va volviendo árida e infértil, tal como las arenas del legendario Egipto, en las que no se logra vislumbrar ni un árbol, ni un arbusto en kilómetros y kilómetros.De la misma manera, estar atentos al presente es como estar cerca del río Nilo, donde todo florece y se desarrolla, pero cuando nos enredamos con nuestras novelas mentales, la vida se va palideciendo y su lugar lo toman sombras fantasmales que nos alejan de la experiencia de estar vivos.Por lo que la frase inicial dice: Dependiendo de en dónde esté nuestra atención, dependerá nuestra calidad de vida, por lo que si nuestra atención está enredada en un pasado desfavorable que vivimos, algún engaño, alguna enfermedad, algún abuso, nuestra calidad de vida en el presente se vuelve desfavorable.Así mismo, si nuestra atención está en un futuro incierto que tememos, donde nos dejamos llevar por pensamientos de carencia, enfermedades o conflictos, nuestra calidad de vida en el presente (el único momento que existe), se vuelve desfavorable. Pero también, si nuestra atención está en un pasado glorioso que ya no es, como cuando éramos directores de una gran empresa o cuando podíamos correr maratones o cuando teníamos una relación maravillosa que ya no existe, la calidad de vida en el presente se vuelve desfavorable.Y finalmente, si nuestra atención se desplaza a un futuro maravilloso, donde alcanzamos la meta deseada, el pago de la hipoteca, el viaje de nuestros sueños… ¿Qué le pasa al presente?Se vuelve poco atractivo, se convierte en un medio para llegar a… esto es, se vuelve desfavorable. Por lo cual no se trata de no recordar o no planear, se trata de no alejarnos de la fuente de nuestra nutrición interior, de nuestro caudal de vida, de nuestro río de plenitud, de nuestro momento presente.Hasta el siguiente momento presente.

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