¿Por qué el tren de pasajeros seguirá siendo el futuro de Nuevo León y de México?
Sin Censura
Nada está escrito en piedra. Se supone que este próximo 2026 sería el año de los trenes. ¿Por qué?
El gobierno federal acaba de anunciar que adquirió 47 nuevas unidades; que está a punto de construir el tren de pasajeros Saltillo-Laredo y que tendrá al menos dos cruces con el Metro de Nuevo León. Se hace así una intersección entre la red ferroviaria y el Metro del estado de Nuevo León.
Nuestro Metro será el más largo del continente americano y se terminarán de construir 47 kilómetros de la Línea 4 y 6. El avance es exponencial. En tres sexenios anteriores solo se habían construido 42 kilómetros.
Sin embargo, el descarrilamiento del tren de pasajeros llamado Interoceánico, provoca especulación sobre el destino de los trenes, la máquina más poderosa de transporte de pasajeros aquí y en China.
No ayuda que se siembre la maliciosa sospecha de que se trató de un sabotaje. Háganse las pesquisas correspondientes y cúlpese a quien de verdad sea responsable de esta tragedia que cobró la vida de 13 personas.
Cierto: los accidentes pasan. Si un funcionario público es culpable del fallo, de la negligencia o el desatino —así sea de la Marina, o de las altas esferas gubernamentales—, tendrá que cumplir ante la justicia.
El futuro de México está en los trenes. Eso ni negarlo. No será, lamentablemente, ni el primero ni el último de los accidentes que ocurran en este medio de transporte. Pero nada de impunidades. Crímenes sin castigo hay innumerables en México como para añadir otro a la lista negra de las desgracias sociales. Veremos cómo avanzan las pesquisas.
¿Seguirá siendo el tren de pasajeros y el Metro el futuro de Nuevo León y de México? Eso no se presta a dudas.
