Opinión

Pino fallido

Sección Editorial

  • Por: Adalberto Madero
  • 06 Diciembre 2023, 21:44

¡Es el colmo! Al alcalde de Monterrey ni las acciones aparentemente sencillas le salen bien. Todo lo que emprende lleva su sello: derroche e incompetencia. Ahora le tocó al encendido del pino navideño que como es costumbre se lleva a cabo el primer domingo de diciembre, el evento estuvo cargado de fallas técnicas provocando el disgusto y la desilusión de los concurrentes, veámoslo a continuación.

Los nuevoleoneses están acostumbrados a disfrutar en familia las fiestas decembrinas. Se volvió una tradición acudir con los seres queridos, sobre todo, menores de edad, al encendido del pino que organiza el municipio de Monterrey, localizado a un lado del Palacio Municipal; el evento es la mejor ocasión para la convivencia entre las propias familias y las autoridades locales; es la cara y el momento más humano del alcalde, lamentablemente Luis Donaldo Colosio Riojas desaprovechó la oportunidad volviendo a demostrar el sello de su administración: 

1) Incompetencia: la única labor de Colosio era encenderlo, esta simple acción no la pudo hacer ¡sí! como se lee: el pino tardó en encenderse porque hubo un cortocircuito, después de muchos intentos sólo se alumbró una parte del mismo. Siendo éste el momento más sublime de la ceremonia, la celebración fue un fracaso. 

2) Derroche: su administración pagó casi $13 millones de pesos por el evento fallido con los adornos, representando un alza del 91% en comparación del año pasado. Tanto dinero para que al final todo salga mal, es una irresponsabilidad que se le debe de imputar a la empresa encargada del show de luces. 

Cuando fui alcalde de Monterrey (2006-2009), desde la transición nos ocupamos de la primera navidad, decidí darle esa encomienda a una empresa poco conocida –competencia de la Coca Cola– para oxigenar y darle una mayor emotividad a ese evento; cada año se fue mejorando hasta llegar al tercero, en donde se realizó el primer desfile navideño que tuvo la ciudad en su historia, la instalación de un nacimiento viviente y un majestuoso pino, en todos las celebraciones se regalaron productos de aquella empresa; todo lo anterior, sin costarle un solo peso al municipio. Los directivos de la principal embotelladora del estado acudieron varias veces para hablar conmigo, porque se encontraban indignados y desesperados, pues su competencia que antes era desconocida les gano el pino de Monterrey, generando competencia sana entre estas empresas, en la que los únicos que salieron ganando fueron los regiomontanos.

Hay que decirlo claramente: lo sucedido este primer domingo de diciembre –que debería de haber resultado inolvidable– tiene la marca del municipio regio: lo poco que hace aparte de caro, lo hace mal, como sucedió con su proyecto de regeneración de banquetas, en lugar de mejorar la movilidad, la entorpece. Con este pretendido encendido lo único que salió a la luz fue la inexperiencia e ineptitud de quienes están al frente del municipio de Monterrey. 

Un gobierno humanista convencería a la iniciativa privada para desarrollar con tiempo este evento decembrino, para darle a los regiomontanos momentos de alegría, pero como este gobierno está bajo el signo del Instagram no hace sinergia con el alcalde de la capital por estar pensando en el 2030. 

En conclusión, se requiere de un gobierno municipal que se ocupe de lo único importante: la gente.

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