Primero de mayo, día del trabajo: ¿Mito, realidad o actividad circense?
Entre profes y Política
Se ha escrito en demasía sobre este tema emblemático de la fuerza productiva mundial. Los trabajadores de México lo celebramos hoy jueves con harto espíritu esperanzador. Esta fe está sostenida en los pilares de las mejoras salariales otorgadas por el patrón, siendo este el sector privado o el sector público.
Los Estados Unidos Mexicanos inventaron el IMSS para garantizar la seguridad social de la base trabajadora que paga impuestos vía patrón privado y, en paralelo, establecieron la creación del ISSSTE para el mismo efecto de los trabajadores al servicio del gobierno federal. Derivado de lo anterior, los estados de la Unión Mexicana hicieron lo propio, con impacto o jurisdicción dentro del territorio que legalmente les corresponde. Siendo así, por consecuencia, el nacimiento de los empleados al servicio de Nuevo León, por ejemplo.
Trabajar es prestar los servicios físicos o intelectuales a una persona física o moral, a cambio —o como contraprestación— de emolumentos monetarios o en especie, retribuidos en cierto período de tiempo. Además, el gobierno tiene la obligación de proporcionar seguridad social, derivada del pago del impuesto sobre la renta y de otros impuestos en general. Dicha seguridad deberá entenderse como: vivienda digna, educación de calidad, seguridad pública, servicios de agua potable, drenaje doméstico y pluvial, luz mercurial, transporte público digno, servicios administrativos gubernamentales de calidad, impartición de justicia excelsa y un gran etcétera.
Algo así como lo están haciendo actualmente. No se rían de esto último, por favor.
Seremos testigos del desfile protagonizado por las principales centrales obreras sindicales de la localidad, en donde lanzarán consignas de reclamos y/o demandas. Las calles del centro de Monterrey se darán cuenta de ello y guardarán, en sus tapias y suelos de asfalto, los secretos de las entre voces de la clase que mueve la economía del estado. Obvio que irán a desfilar (¿o a dar pleitesía?) algunas otras organizaciones sindicales. La paz laboral tiene su precio —o su costo, como se le quiera interpretar—. En fin, cada quien, ¿no?
En el sector educativo se espera la anunciación del alza salarial anual. Aunque, por tradición, se hace hasta el 15 de mayo, Día del Maestro. Así que no habrá que hacerse ilusiones de que dicho incremento superará un dígito. No hay campaña política que lo pueda sustentar.
Año tras año, la clase obrera (y trabajadora en general) está a la expectativa del mañana. Los “motores” de la sociedad moderna son, sin duda alguna, los más castigados por la clase dominante. Las políticas públicas han avanzado lenta y perezosamente para ver a las familias con uso y goce pleno del producto de su trabajo.
Se están hartando de promesas incumplidas y de “líderes” sindicales que viven en contubernio con su patrón para soslayar los beneficios a los que tienen derecho. He allí los cinturones de pobreza y de pobreza extrema en las grandes urbes.
El descanso obligatorio constitucional nos permitirá entrar en serio análisis constructivo para buscar consuelo y/o alternativas de superación y participación cívica y política. En esto último, son los partidos políticos los autorizados por la ley para aglutinar adeptos y poder postular a sus “mejores candidatos” a ocupar puestos de elección popular que conlleven a maquilar leyes de orden público y de mejoras. Asimismo, están contempladas las candidaturas independientes para similar trascendencia, pero la historia nos dice que han bajado de popularidad y de efecto positivo. ¿Ejemplo? El gobierno estatal anterior. La verdad como es, se tenía que decir y se dijo.
Hasta la próxima.
