Solo mujeres para ser candidatas a la gubernatura: ¿cuál fue el remedio de Tony Blair?
Sin Censura
Dicen que en Nuevo León se suscita un “debate sobre paridad” y la idea de que sólo mujeres puedan contender para cargos de elección popular, como la gubernatura —se le llama acción afirmativa—, no tiene ningún antecedente en ningún país del mundo. Nada más falso.
Que la titular del Ejecutivo federal emita su opinión es eso: una opinión, no un decreto, menos una hoja de ruta.
Políticos regiomontanos también se oponen, con toda su testosterona a cuestas, a la acción afirmativa para que únicamente mujeres puedan acceder, por justicia histórica, a ser candidatas.
Estos machos políticos plantean argumentos jurídicos, técnicos y hasta morales. Y, sobre todo, lo hacen con el argumento de que no existen antecedentes. Los hay, y de sobra.
Recuerdo una charla en público que sostuve hace años con el ex primer ministro Tony Blair en la Ciudad de México.
Abordamos el tema de la paridad de género en la política de Reino Unido. Le recordé que el cargo de primer ministro ya había sido ocupado por una mujer: Margaret Tatcher.
“No es suficiente”, me respondió Blair. “Precisamente porque ya se daba de manera natural, bajo mi liderazgo el Partido Laborista no tocó la figura del primer ministro. Pero en mis reformas del New Labour sí aprobamos las listas cortas exclusivamente de mujeres (all-women shortlist) para aumentar el número de diputadas laboristas. Donde históricamente no se ha dado la oportunidad a las mujeres, se debe recurrir a estas reformas”. Así de simple.
Si en un estado persiste la vieja práctica de retrasar y condicionar el acceso femenino al poder, ahí no existe la paridad.
Lo que vivimos, pues, en Nuevo León es una norma no escrita, machista y misógina, que argumenta que “no es el momento”, que “aún no toca”, que “no se puede imponer”. De nuevo, el argumento de la testosterona.
Cuando ya en 2024 comenzó a darse de manera natural la paridad en el Parlamento británico, el Partido Laborista abandonó las all-women shortlist.
Si ahora, por primera vez, una mujer es titular del Ejecutivo federal en México, ya no son necesarias medidas compensatorias. En cambio, sí son necesarias en las candidaturas a la gubernatura de Nuevo León.
Miente quien opine que la paridad es una simple concesión o una estrategia electoral.
Que quede claro: como dice Tony Blair, se trata de un derecho. Resistirse ya no es prudencia política; es miedo de los adoradores de la testosterona a perder sus privilegios.
