Rangel Frías, rector Apéndice
Sección Editorial
- Por: Adalberto Madero
- 01 Febrero 2024, 02:18
Los datos que presentó en sus cinco informes de labores, en el periodo de 1950 a 1955, permiten constatar el fortalecimiento dado a la universidad para incrementar su oferta educativa, instalaciones, nómina de personal docente y los servicios a la comunidad, veámoslo a continuación.
Cuando inició su rectorado, la universidad contaba con siete facultades: Medicina, Derecho y Ciencias Sociales, Ingeniería, Odontología, Ciencias Químicas, Arquitectura, Filosofía y Letras; ocho escuelas:
Ingeniería Mecánica, Bachilleres, Nocturna de Bachilleres, Enfermería y Obstetricia, Industrial Álvaro Obregón, Femenil Pablo Livas, Artes Plástica y Teatro. Para 1955, las primeras habían aumentado a 10 con la apertura de Agronomía, Ingeniería Mecánica, Comercio y Administración.
Las segundas también a 10, al haberse fundado: Música y Trabajo Social. Las instituciones incorporadas en 1950 eran cuatro: Instituto Laurens, Escuela de Contadores, Colegio Franco Mexicano y Escuela de Bachilleres de Linares; para 1955 habían aumentado a seis, con la incorporación de la Escuela de Comercio y Administración de Monterrey más la Escuela de Enfermería del Colegio Vocacional y Profesional de Montemorelos.
En poco tiempo, se incrementó el número de profesiones, lo que impactó notablemente en la nómina y en la inscripción de alumnos. En 1950 se tiene un registro de 587 docentes, cinco años después aumenta a 747, elevándose en un 27 por ciento. Los estudiantes matriculados al inicio de esa década fueron 3,304, para 1955 se registraron 7,679, un aumento del 132 por ciento.
El 60% del alumnado residía en Nuevo León y el restante 40% procedía principalmente de Coahuila y Tamaulipas y, en menor medida, de San Luis Potosí y el Distrito Federal. El considerable porcentaje de alumnos foráneos fue uno de los argumentos que utilizó el rector y el Patronato Universitario para convencer a las instituciones públicas y privadas de coadyuvar con los recursos de la universidad, debido a que los gobiernos estatales y municipales de donde procedían los estudiantes no aportaban ningún tipo de apoyo, toda la carga económica se solventó con el presupuesto universitario.
Aunque hubo un aumento considerable de los recursos proporcionados por la administración estatal y federal, Rangel Frías siempre destacó la necesidad de más presupuesto, debido a la demanda creciente de contratar más profesores, adquirir equipo, aumentar y mejorar las aulas de clase, construir laboratorios, becar alumnos de posgrado, eventos científicos y culturales, entre otras. El gobierno del estado fue la institución que más aportó: en 1950 contribuyó con $1 millón 425,887.52 y en 1955 casi se duplicó al alcanzar los $2 millones 643,137.62. El gobierno federal aportó en esas mismas fechas $162,480.00 y $450,000.00, respectivamente, un incremento de casi el triple.
Rangel Frías no concluyó el ciclo escolar de 1955, su gestión cesó el 1 de abril, debido a que renunció para dedicarse a su campaña hacia la gubernatura de Nuevo León. Lo sustituye el Ing. Roberto Treviño González, quien ocupó el cargo hasta 1958. Aunque él firma el quinto informe, reconoció que la mayor parte de los logros se dieron con el anterior rector. Su discurso está plagado de elogios para el patronato: “La encomiable labor que los Miembros del H. Patronato Universitario han desarrollado en este año, merece el más cumplido reconocimiento de la Universidad.
Como se desprende de los datos del presente informe, el Patronato ha auxiliado notablemente a nuestra Casa de Estudios tanto en el aspecto económico a través de sus aportaciones, como en el aspecto de divulgación cultural, por medio del Semanario Vida Universitaria. Lo mismo para los pequeños como para los grandes problemas de la Universidad, el Patronato presta su valioso concurso, gracias a la desinteresada actitud de sus Miembros Directivos, como a su capacidad y alteza de miras.” En cuanto al papel desempeñado por los estudiantes y las autoridades concluyó: “A través de todo este informe se puede constatar el adelanto logrado por nuestra Universidad en este año de labores.
Este adelanto no es más que el resultado del esfuerzo de estudiantes, maestros, autoridades universitarias y el gran impulso dado a nuestra Casa de Estudios por el anterior rector, licenciado Raúl Rangel Frías. Es nuestro deber reconocer la gran ayuda prestada por el Superior Gobierno del Estado y el gran interés demostrado por él, para que nuestra Universidad pueda cumplir eficientemente con su tarea.”
Con este quinto informe se cierra una de las etapas más importantes de la Universidad de Nuevo León, fue pertinente mencionar algunos datos numéricos para dimensionar de manera clara y objetiva el desempeño de mujeres, hombres e instituciones que dedicaron su tiempo a sentar las bases de lo que hoy es la universidad más importante del norte de México. Sigamos ¡Alentando la Flama de la Verdad!
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