Opinión

Rangel Frías, rector Tercera parte

Sección Editorial

  • Por: Adalberto Madero
  • 05 Diciembre 2023, 21:10

En su tercer informe, correspondiente al ciclo escolar 1952-1953, Raúl Rangel Frías describió una universidad en pleno crecimiento, no sólo en el plano académico y cultural, sino también en el deportivo y asistencial, veámoslo a continuación. 

Respecto a las sesiones del Consejo Universitario, destacan cinco acuerdos:  

1. La reorganización de la Facultad de Filosofía y Letras con el propósito de crear los departamentos de Matemáticas, Física, Química y Biología, que integrarían la division de Ciencias, y los departamentos de Historia, Filosofía y Letras, que formarían la división de Humanidades; para efecto de que esto se llevará a cabo el Instituto de Investigaciones Científicas y la referida facultad deberían de aprovechar la organización ya existente procurando la contratación de personal docente y equipo de trabajo en la medida de sus posibilidades para estar en condiciones de darle certeza profesional a las nuevas licenciaturas de Letras, Filosofía y la Maestría en Ciencias Biológicas; los departamentos y la biblioteca funcionarían en un inicio en el edificio del Instituto de Investigaciones Científicas. 

2. La aprobación para fundar la Facultad de Comercio y Administración, de acuerdo con el programa de organización y trabajos presentados por la Comisión Organizadora y la Rectoría de la Universidad.

3. La Escuela de Laboratoristas Clínicos, cuyos estudios se realizan en la Facultad de Medicina, se denominaría en lo sucesivo Escuela de Laboratoristas Clínico-Biólogos, para darle mayor proyección profesional; una carrera integrada básicamente por mujeres. 

4. La integración de una Comisión Técnico-Consultiva de la Ciudad Universitaria, con el Rector, los directores de las facultades de Ingeniería y de Arquitectura, y los demás elementos estudiantiles y técnicos que designen éstos a su vez. 

5. La organización de un homenaje a la memoria del Padre Hidalgo el día 30 de julio de 1953, dedicando los Cursos de Verano a esa misma celebración.

El día 13 de octubre de 1952, se celebró en el Aula Magna de la Universidad, con asistencia de las autoridades civiles y de las universitarias, la solemne ceremonia de fundación de la Facultad de Comercio y Administración y la declaratoria de apertura de sus cursos. Funcionaba en un local arrendado, en el segundo piso de un edificio ubicado entre las calles de Juárez y 5 de Mayo; tenía una población escolar de 50 alumnos en los estudios del Bachillerato de Humanidades con especialidad en Comercio, y estaba iniciando el primer año de estudios profesionales. Se tenían grandes augurios, Rangel Frías expresó “por la prosperidad de la nueva escuela, la cual viene a llenar la ingente necesidad del (… ) medio industrial y comercial de Monterrey. Bajo la atingente dirección del Sr. don Ramón Cárdenas (…) la universidad se siente grandemente satisfecha de haber extendido los beneficios de la cultura y de las enseñanzas profesionales a un sector de la juventud mexicana, que no disponía en nuestro medio, de una Institución de servicio público que llenara las legítimas aspiraciones de progreso y bienestar del gran sector de la población mexicana que está vinculada con las actividades comerciales”.

De gran relevancia resultó la incorporación a la Universidad del Instituto de Trabajo Social, el cual estuvo incorporado inicialmente a la Dirección Primaria y Secundaria del estado; pero vistas las notorias características universitarias de esta institución, los propios profesores y el alumnado solicitaron al Ejecutivo del estatal y del propio Consejo Universitario su adscripción a la máxima casa de estudios, petición que fue aceptada, quedando a cargo de la dependencia, a partir de septiembre de 1952, su fundadora, la Lic. Margarita García Flores; según el rector: “Las trabajadoras sociales que se gradúen en este establecimiento, prestarán servicios eminentes a los centros asistenciales y escolares del estado, y aportarán un factor de progreso y bienestar a la colectividad. (…) La Universidad de Nuevo León se siente muy reconocida a la administración pública del Estado, por haber acogido con simpatía el funcionamiento de esta nueva dependencia universitaria y por las amplias facilidades que ha brindado a su reorganización dentro de nuestra casa”.

En materia deportiva, se le dio fuerte impulso al fútbol americano. Los equipos representativos participaron en tres categorías: Liga Mayor, Liga Intermedia y Liga Juvenil. En la primera, el equipo estuvo integrado por estudiantes de seis facultades en un número total de 50 jugadores. Participó en seis encuentros obteniendo el subcampeonato en el torneo que organizó la Asociación Regional. En Liga Intermedia hubo cinco equipos representando a diferentes dependencias de la universidad, con un total de 225 jugadores y el equipo de Ciencias Químicas obtuvo el subcampeonato en sus competencias. En la Liga Juvenil se organizaron dos equipos, con un total de 70 jugadores, habiendo participado en seis encuentros. Para el buen funcionamiento de este deporte, se contaba con instalaciones de baños, vestidores, accesorios para guardar equipos y útiles. 

Entre las múltiples actividades de la Escuela de Verano destaca la celebración de la Primera Conferencia de Estudios sobre Bachillerato en el Norte de la República Mexicana; cuyos trabajos duraron una semana y a cuya asamblea concurrieron las direcciones correspondientes de los estados de Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Durango y Chihuahua, habiéndose obtenido importantes resoluciones relacionadas con el latente problema de la preparatoria. Participaron 129 profesores, distribuidos en las diversas asignaturas y conferencias que se profesaron durante el ciclo de estos estudios, con un registro total de 3,000 alumnos.

Un gobierno humanista estaría enfocado en conmemorar dignamente los 200 años de la declaración del estado libre y soberano de Nuevo León, como en su momento las autoridades lo estuvieron con el Año de Hidalgo, pero como este gobierno está bajo el signo del Instagram le da más importancia a la difusión de unos tenis color naranja. 

En conclusión, los nuevoleoneses exigimos que los gobernantes actúen con civilidad para reconocer la grandeza del pasado y sentar las bases del futuro promisorio de lo único importante: la gente. 

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