Opinión

Reforma de la 4T a la vivienda

Sección Editorial

  • Por: Oscar Tamez
  • 16 Febrero 2024, 01:42

La reforma que propone la 4T en materia de vivienda es ambigua y se centra en la vivienda social y establece el esquema de arrendamiento con opción a compra.

Consultando el documento que publica Sebastián Barragán en el portal de www.scribd.com como la iniciativa enviada por el gobierno al Poder Legislativo, se lee que no establece que los arrendatarios se pueden quedar con la vivienda que rentan, pero es ambigua en su redacción y abre la puerta a esa posibilidad.

El esquema para otorgar créditos por parte de Infonavit cambió desde su creación al presente. Inició construyendo casas económicas, muy pequeñas pero con valor alto en el mercado, con créditos que atrapaban a los trabajadores por 20 o 30 años al pago de mensualidades.

En los 80 y delante se tenían tazas de interés social, la mensualidad aumentaba conforme al salario mínimo, con lo cual hubo estabilidad en miles de trabajadores pues el salario aumentó una miseria entre 1986 y 2018, esto permitía que la vivienda no se saliera de presupuesto.

Con la crisis de 1994 y otras menores a inicios del Siglo XXI, los créditos se manejaron con nuevas fórmulas para el incremento anual de las mensualidades, hasta llegar a la separación constitucional del salario mínimo de los pagos crediticios o impositivos.

El Infonavit evolucionó y permitió adquirir créditos de vivienda en coparticipación, una parte del crédito la aportaba una Sofol o banco y la otra parte el Infonavit; también llegaron los créditos para remodelación o incluso la adquisición de menaje en la vivienda.

Infonavit deja de ser una institución que beneficia sólo a quienes no pueden adquirir una vivienda de contado, autofinanciada o financiada por una institución comercial de crédito; resulta también atractivo para los sectores medios y medio alto quienes no tienen interés por adquirir una vivienda social, pero pueden comprar una vivienda media.

Otro atractivo es que ya no limita el uso del crédito para quienes no tienen vivienda, se abrió la puerta a miles de derechohabientes quienes adquieren una segunda o tercera vivienda con el crédito de uno de los cónyuges o asociado el crédito de ambos, e incluso entre padres con hijos.

El esquema de arrendamiento con opción a compra no es nuevo. Permite que el enganche sea menor y que el arrendatario pague una renta mensual que evidentemente aumenta conforme a las condiciones del contrato, pero que al final del tiempo establecido, el rentero es propietario de la vivienda.

Este tipo de acuerdo en el arrendamiento es distinto al contrato tradicional de renta. Incluye enganche y una serie de condicionantes más; pero a como está redactada la iniciativa, se presta a la confusión de que una persona quien renta vivienda intente recurrir al arrendamiento con opción a compra sin firmar un contrato específico.

La iniciativa es populista, claro está que se convierte en un sueño para millones de mexicanos, pero también es falaz. En Nuevo León tenemos miles de viviendas abandonadas en municipios como Zuazua, Ciénega de Flores, García y otros más.

Trabajadores que adquirieron una vivienda con el anhelo de tener su patrimonio, pero que las distancias y la mala calidad del transporte les impide habitarlas, por lo cual regresan a la casa de un familiar o a rentar en sitios cercanos a su trabajo, abandonando “su ilusión”.

La iniciativa, si no se aclara, puede acabar con el patrimonio de miles de viejitos que hoy viven de la renta en una propiedad, esa es su pensión. Pero que, ante una redacción amañada, puede dejarlos sin vivienda y sin el ingreso de la renta.

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